Por alguna razón, Qi Rong sintió ese familiar escalofrío que decía "corre. Corre lo más lejos que puedas y no mires atrás".
Él había cumplido su palabra: había sacado del armario el atuendo que usó en el Reino del Alma Muerta y se lo puso con presteza, constatando que aún le quedaba perfecto. No es como si pudiera engordar o algo, pero la ropa podía encogerse. Cepilló su cabello, usando algunos adornos en trenzas, pero la mayoría lo conservó suelto; se aseguró de verse elegante y presentable para después salir de su cuarto.
Gu Zi, vestido de rojo y naranja, y los gemelos, con similares túnicas mentas, lo esperaban fuera de la secta. Los tres lo miraron boquiabiertos, el fantasma intentó no prestarle atención y preguntó:
—¿Dónde está Lang QianQiu?
—¿Dónde conseguiste esa ropa? —preguntó Su Ziming—. ¡Está increíble!
—Conocí a una amiga, y ella me la obsequió.
—Que bien te ves, Gege —dijo Su Jinwei—. Casi pareces un príncipe.
—¿¡Cómo que casi!? ¡Ven acá, mocoso insolente!
Todos se echaron a reír mientras Qi Rong perseguía a Su Jinwei fingiendo molestia. Luego de unos minutos, Gu Zi llamó su atención con un largo "woooooooow" dicho en tono de admiración. Entonces Qi Rong volteó y se quedó estático, de estar vivo seguramente se le habría detenido el corazón de la impresión y solo repitió, casi sin aliento:
—Wow.
Lang QianQiu había aparecido al fin. Usaba una túnica roja larga y amplia, con mangas largas y un cuello alto. La túnica tenía varios símbolos, entre los cuales se encontraban una estrella de cinco puntas y varios dragones, bordados con seda y oro. Bajo la ropa, podía verse túnicas interiores blancas. El dios había sujetado su cabello en un chongo apretado, que lo hacía ver elegante y majestuoso.
Fue entonces que Qi Rong tuvo esa sensación de huir. Lang QianQiu sonrió, acercándose a ellos, y preguntó cortésmente:
—¿Nos vamos?
*****
La gente de Ciudad Fantasma los seguía con la mirada a cada paso que daban. Nadie lo decía realmente, pero lucían como toda una familia imperial: un rey, su consorte, los cuñados y el hijo.
Aunque, sin que los padres se dieran cuenta, los tíos y el hijo se escabulleron cuando llegaron a los linderos que dirigían a la Mansión Paraíso. El primero en darse cuenta fue Lang QianQiu, que frunció el ceño y miró a su alrededor.
—¿Dónde está Gu Zi? —inquirió.
Qi Rong también miró a su alrededor, y vio que estaban cerca de la mansión de Hua Cheng. El Supremo suspiró y se llevó una mano a la frente, comprendiendo.
—Esos tres nos engañaron —dijo—. En realidad querían venir a la ciudad para buscar a esa serpiente tuerta...o a mi primo.
Era un engaño tan ingenioso que casi se echa a reír. Ese hijo barato suyo realmente aprendió sus trucos; no sabía si enojarse por haber sido timado o sentirse orgullo de ese trío.
—Ah, bueno, ya estamos aquí —dijo Lang QianQiu con desenfado—. Si ellos están con mi maestro, o con Lluvia Sangrienta que busca la flor, significa que están a salvo en caso de que encuentren algo que estuviera más allá de sus fuerzas.
El dios entrelazó su mano con la del Supremo de los bosques y lo jaló a su lado con una sonrisa, diciendo:
—¿No fuiste tú quien dijo que podíamos escabullirnos de los chicos para pasar un rato a solas? Creo que ya no será necesario.
—Bien, bien —dijo Qi Rong—. Qué demonios.
Pero... ¿por qué se sentía como una reina consorte consentida por su esposo?
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Criando un fénix
FanficGu Zi ha encontrado un método de cultivación que lo hace revivir cada vez que muere siguiendo el ciclo del fénix, y Qi Rong aprende cómo ser un buen padre con él. O como nuestro buen ancestro logra sanar todas sus relaciones mientras cuida un bebé. ...