CAPITULO 2

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Pietro galopo sin problemas el camino tramo que separaba Phoenix, el pueblo natal de Nolan, del bosque que conectaba al reino de Edevane. El doncel permaneció dormido hasta medio día, algo que de cierta manera tranquilizaba al guardián, Pietro debía asegurarse de su protección, no solo por las amenazas de Garth.

Nolan siguió durmiendo cuando se detuvieron a descansar, el guardián lo dejo con cuidado cerca de él, estaba empezando a refrescar así que aprovecho el fuego de la pequeña hoguera para mantenerlo cálido.

Garth les dio algunas provisiones para el camino, si todo iba bien llegarían antes del tercer día de viaje al palacio de Edevane. Pietro selecciono los mejores trozos de carne para ofrecérselos a Nolan, mientras ordenaba las verduras, según las indicaciones del señor Gardener al doncel le gustaba que la carne no estuviera demasiado echo, debía tener cuidado.

Cada cierto tiempo observaba el estado de Nolan, el doncel había empezado a despertarse, estaba un poco aturdido por la droga que le había dado su padre, así que tardo en descubrir donde estaban, Pietro no pudo defenderse a tiempo del ataque de su amo.

-¿Qué hacemos aquí? – Nolan sujetaba una rama entre sus manos. - ¿Qué le has hecho a mi papá?

-Señorito Gardener, tranquilizase... - sonrió Pietro, su hombro estaba adolorido. – Ha sido una mañana agotadora, siéntese pronto estará la comida.

-¿Dónde está mi papá? – volvió a preguntar furioso. - ¿Qué es esto?

-El señor Gardener se encuentra bien, no debe preocuparse por él, nos dirigimos al palacio Edevane, aún nos quedan dos días de viaje. – el doncel volvió a golpearlo. – Señorito Gardener, su padre le ha deseaba un buen viaje.

Nolan comenzó a llorar desconsoladamente cuando entendió lo que estaba pasando, anoche escucho a su padre susurrarle cosas extrañas que apenas podía comprender, intento despertarse pero su cuerpo no respondía. Aún notaba el sabor amargo de la bebida que le había dado Garth. El doncel no dejo que Pietro lo tocara en ningún momento.

-Señorito... - no le respondía, Nolan estaba escondido detrás de un árbol. – Debe de tener hambre, esto se delicioso ¿quiere? – negó con la cabeza. – No puede estar sin comer, anoche no probo bocado.

Se mantuvo alejado durante unos minutos, tal y como le había enseñado el granjero, debía darle su espacio a Nolan para que decidiera lo que quería hacer, pero temía que el plato se enfriara si seguían en esa situación.

-Su padre me dio un mensaje para usted... - hablo con calma. - ¿Quiere escucharlo? – Nolan no se movió. – Le deseo una larga vida, dijo que está muy orgulloso de ser vuestro padre. – sonrió. – Está seguro de que conseguirá grandes logros dentro de la familia Edevane.

-¿Por cuánto dinero me vendió? – Pietro se quedó en blanco. – Papá dijo que yo era una molestia para él, por eso quería que me fuera con el mocoso de Lennox.

Pietro iba a reprenderlo por decirle al duque Lennox que era un mocoso, pero se contuvo. Podía notar la tristeza del doncel, Nolan se sentía traicionado por su padre. Garth le había avisado, su hijo era un hombre muy sensible.

-El prometió visitarlo en el palacio. – mintió con la esperanza de lograr que se moviera. – El señor Gardener me aseguro que iría a verlo pronto, tan solo debía esperar un poco.

Nolan comió en silencio, contemplando el camino que los separaba de Phoenix, no sabía hasta donde podía llegar si empezaba a correr, Pietro tardaría en atraparlo, tal vez podría esconderse en algún lugar para engañarlo y cuando estuviera lejos, volvería a casa. Le diría a su padre que había conseguido engañar al hombre del caballo y esperaría sus elogios.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora