CAPITULO 24

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El ambiente se empezó a sentir tensó después de las últimas declaraciones de Edlynne. Aunque Evangeline sospechaba que la separación repentina de su madre y hermano menor, se debía a las preocupaciones de Lennox sobre Layton, nunca se había atrevido a verbalizarlo por miedo a ser reprendida por alguien.

La relación de ambos hermanos era cordial, aunque siempre intentaban mantenerse separados el uno del otro cuando se encuentra en el mismo lugar. Sus discusiones eran siempre ocasionadas por Layton el cual no dudaba en reclamarle a su hermano su puesto como duque. Layton no se detenía cuando acusaba a Lennox de traidor o de mal hermano, es más, siempre intentaba buscar a personas a su favor para que lo ayudaran.

Los ancianos fueron los que sentenciaron el nombramiento de Lennox como duque, para continuar con la tradición familiar, solo el primogénito varón podía ser el duque de Edevane, una vez el antiguo duque se encontrara incapacitado para actuar como uno o hubiese muerto. Lennox solo pidió lo que era suyo.

-Lennox no soportaba las discusiones con tu hermano. – suspiro Edlynne. – Layton siempre lo buscaba para reclamar su papel como duque, incluso intento abrir una votación para nombrarlo como duque, la cual fue rechazada por los ancianos. – Evangeline se mantenía en silencio. – Tu hermano me pidió que cuidará a Layton en la mansión de vacaciones, Borsir se encuentra bastante alejado de Edevane, así que pensaba que era una buena idea para despejar la mente de tu hermano.

-Layton volvió a pedir su puesto como duque ¿verdad? – Edlynne asintió cansada. – A las pocas horas de su llegada, las doncellas me hicieron llegar la noticia de que mis hermanos habían discutido ¿era por eso?

-Lennox es un hombre paciente, así le han enseñado a ser en sus clases, así que soporto los gritos de Layton hasta que los ancianos pidieron paz entre ellos. – rio. – De nuevo, su petición fue denegada, esa es la razón por la que Layton decidió no volver a salir de su habitación, únicamente lo hizo para ir durante un par de horas a la fiesta de máscaras.

La discusión se vio detenida por un grito de emoción por parte del pequeño doncel, los tres guardianes se pusieron en posición pensando que los estaban atacando. Nolan comenzó a aplaudir con más éxtasis cuando la carroza se fue acercando a la entrada de Arife, el doncel había estado más pendiente del paisaje, ya que la conversación que tenía madre e hija no le llegaba a interesar. Volvió a gritar cuando los banderines se iban haciendo un poco más grandes.

-Pietro mira... - en su voz se notaba la fascinación que sentía. – Mira hay mucho, allí también, y aquí... - iba señalando de manera frenética cada uno de los banderines que veía. – Señorita Evan, señora de Edevane hay muchos, mirad allí...

Los guardianes respiraron tranquilos cuando vieron que no había nada malo, Pietro fue el primero en hablar, explicándole a Nolan que aquellos banderines significaba que la semana de la feria había empezado, como era el primer día no había muchos extranjeros. Lennox había accedido a que vieran la feria por la mañana gracias a la insistencia de Edlynne, aunque debían volver antes del anoche al palacio.

-Señorita Evan ¿Qué es eso? – el doncel señalo a unos niños que estaban comiendo algo esponjoso.

-Algodones de azúcar, se podría decir que es un dulce, aunque en palacio no lo hemos probado. – los ojos del doncel empezaron a brillar. – Los algodones de azúcar de Arife son conocidos por ser los mejores del reino, seguramente habrá un puesto cerca, podemos probarlos ¿verdad, madre?

-Hace mucho que no los veo, en Borsir no son tan conocidos por los niños, así que apenas se venden.

Nolan lamió sus labios al imaginar el sabor, algo tan esponjoso debía de estar delicioso, estaba seguro. Sus piernas se movían sin parar mientras buscaban donde aparcar la carroza, Evangeline se rio al notarlo tan nervioso, sabía que el prometido de su hermano aún tenía una parte infantil y juguetona, pero nunca lo había visto de aquella forma. Pietro trataba sin éxito calmarlo, preocupado de que le fuera a pasar algo en su estado.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora