CAPITULO 91

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No había ningún tipo de información sobre Verona de Borsir en los archivos de Lennox, Evangeline visito el despacho de su hermano para descubrir quién era esa mujer. En Borsir la única familia noble eran su madre y su hermano, no había nadie que el apellido de aquella pequeña ciudad.

-Señorita, su hermano se enfadará si se entera que ha estado hurgando entre sus cosas. – Evangeline miro de mala gana a Drystan. – Ya ha escuchado al duque, vuestra madre ha confirmado la relación de Verona de Borsir y Layton de Edevane.

-Hay algo que no está bien, Drystan. – respondió concentrada. – Madre no hablo de ninguna mujer en su visita, así que...

-No debería desconfiar tanto de su hermano menor. – Drystan agacho la cabeza cuando Evangeline lo volvió a mirar. – Debería estar feliz, su hermano...

-Que Layton sea hijo de mi padre, no nos convierte en hermanos. – el guardián se quedó en silencio. – Ese ser es el hijo de Javaid y una doncella de palacio, por tanto no es mi hermano.

-El duque ha luchado mucho para mantener a la familia junta. No tendrías que ser tan rencorosa con el señor Layton.

Evangeline comenzó a reírse casi de manera histérica. A veces Drystan hablaba de la misma manera que su hermano Lennox, el guardián repetía las frases del duque cada vez que tenía la oportunidad. Era algo que la molestaba demasiado.

-Si él hubiese ocupado el puesto de mi hermano, nosotros dos no nos habríamos conocido, aun viviendo en el mismo lugar. – sonrió con tristeza. – Layton es peor que mi padre, eso te lo puedo asegurar.

-A veces es bueno darle una oportunidad a las personas, el señor Layton puede estar cambiando.

-No creo lo mismo, Drystan. – suspiro agotada, ya había revisado de nuevo la pila de carpetas que había en su espalda. – Madre no hablo de ninguna mujer, si esa tal Verona existe, Layton la debería de haber traído a la boda ¿no?

Drystan se quedó en silencio, su hermano tampoco le había hablado de ninguna mujer que estuviera saliendo con Layton. Tristán le había confirmado que Layton rechazo a varias mujeres que fueron a visitarlo a la mansión, el hermano pequeño del duque no mostraba ningún tipo de interés por las mujeres, según las palabras de Tristán. Incluso las veía molestas, Edlynne no se atrevía a preguntarle si le había gustado alguien.

Por lo que sabía, Layton permanecía la gran parte del tiempo encerrado en una de las habitaciones de la mansión. Tan solo sale para comer, y en muchas ocasiones, ya que prefiere que le lleven la comida a la habitación. En toda la mansión tan solo tienen el permiso de pasar tres personas, elegidas por Layton.

-Siempre se ha hablado de los celos que tiene el señor Layton por el duque. – sonrió, para animar a Evangeline. – Tal vez haya buscado una pareja para parecerse a su hermano mayor.

-Sería demasiado infantil para ese idiota. – Drystan puso los ojos en blanco. – No creo que llegara a hacer algo tan absurdo como eso, Layton es un hombre extraño.

-Mi señora, usted misma dijo que no se enamoraría de nadie, ni aunque pasaran mil años. – se burló. – Las cosas cambian.

-Nunca me he enamorado de nadie, Drystan. – el guardián frunció el ceño. – Casarme con un desconocido elegido por los ancianos sería perder la poca libertad que aún conservó.

-Entonces ¿usted...? – Evangeline negó con la cabeza antes de que continuara con la pregunta. - ¿Qué soy para usted?

-Mi guardián. – sonrió con picardía, podía ver como se formaba una pequeña mueca de disgusto en las mejillas de Drystan. – Y mi dios sin nombre.

Drystan ignoro descaradamente la declaración de Evangeline, quería que ella le dijera algo más, aunque ahora estaba demasiado ocupada intentando demostrar algo imposible. La conocía, era capaz de removerlo todo hasta encontrar lo que quisiera, tan solo para demostrarle a Lennox que él se había equivocado.

-¿Por qué trata diferente a sus hermanos? – Evangeline se quedó quieta. – Incluso ha adoptado al pequeño doncel como su hermano pequeño.

-Lennox y Layton son completamente diferentes, Drystan. Ya deberías haberte dado cuenta. – suspiro molesta. - ¿A quién le confiarías mi vida si tuvieras que elegir?

El guardián crujió sus manos para concentrarse, los ojos de Evangeline estaban leyendo la misma línea de nuevo, había encontrado la ficha de nacimiento de Layton, con algo muy extraño escrito en ella.

-Drystan ¿entiendes lo que está escrito aquí? – le mostro la hoja con curiosidad. – Sabía que padre no había puesto el nombre de la doncella, pero...

-Layton de Edevane, hijo del duque Javaid y Edlynne de Edevane. – leyó en voz alta. – El señor Edevane no le permitió escribir el nombre de la doncella.

-Lee más abajo, justo aquí... - le señalo los últimos párrafos. – Hay otro nombre.

-Será una equivocación señorita. – sonrió. – Esa información no tiene importancia, tal vez el doctor se haya equivocado.

-Enciende una vela, quiero leer el nombre que hay escrito. – el guardián no se movió. – Vamos Drystan, tenemos poco tiempo.

Las letras estaban tachadas con la misma tinta con la que habían escrito, Evangeline se esforzó para leer aquel nombre, por poco quemó la hoja. Drystan tuvo que apartarla de allí para que se tranquilizara, haber encontrado la ficha de nacimiento de Layton había sido un error, aunque ella pensará algo diferente.

-Será el nombre de la doncella, señorita. – Drystan la abrazo con cuidado. – El señor de Edevane no quería que se supiera, puede que el mismo lo haya hecho.

-¿Layton conoce está información? – era algo que se escapaba del entendimiento de Drystan. - ¿Lo ha leído?

-Tan solo el duque tiene permitido leer los archivos de la familia, señorita. No creo que el señor Layton haya entrado al despacho.

El corazón de Evangeline latía con fuerza, mientras se intentaba concentrar en las palabras del guardián. Drystan guardó la ficha en el mismo lugar, antes de empujar con cautela a Evangeline del despacho. Lennox iría antes del amanecer y quedan unos pocos minutos para que eso ocurriera.

-Evangeline, recuerda las palabras de la señora Edlynne. – acarició su mejilla con cuidado. – Layton pertenece a la familia, no debes pensar en nada más, hace mucho tiempo que ella lo considera como su hijo.

-¿Cuántos años tiene Layton? – era una pregunta al aire. – Drystan ¿En qué año nació? 

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Evangeline está empezando a encajar las piezas del puzle poco a poco. La poca confianza que siente por Layton le esta pidiendo que tenga cuidado. Cree que él sabe más de lo que dice, y le preocupa que le ocurra algo a Lennox. 

Espero que os haya gustado :)

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¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora