CAPITULO 95

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La tensión se sentía en el carruaje, Lennox temía que el viaje se convirtiera en una verdadera pesadilla para ellos. Evangeline tan solo había aceptado presentarse en la boda de Layton, porque Nolan se lo había pedido, el doncel tan solo tuvo que estar con ella un par de minutos, para convencerla, Pietro dijo que no podía darle la información sobre la conversación que habían tenido, ya que era un completo secreto incluso para él. Drystan asintió, él tampoco tenía ni idea de que había pasado en aquella habitación. Tan solo sabían que el pequeño doncel había salido con una sonrisa triunfante y mordisqueando lo que parecía un tipo de gelatina.

-¿Cómo te sientes, querido? – Lennox apoyo su mano sobre el vientre abultado de Nolan. – El bebé está tranquilo ¿no?

-Sigue durmiendo a estas horas, tan solo debes esperar a que vayamos a comer de nuevo. – hizo una pequeña mueca. – Se mueve un poco.

-Eso es bueno, el doctor dijo que nuestro bebé está creciendo fuerte y sano. – sonrió y besó su mejilla, Nolan puso su mano sobre la de su esposo. – Estoy seguro de que será un gran bebé cuando nazca.

-Yo espero que no crezca mucho. – suspiro preocupado, Lennox lo miro con curiosidad. – La matrona ya me ha explicado cómo va a nacer el bebé, y no me gusta.

Lennox se aguantó la risa, Nolan podría molestarse si lo escuchaba reírse, sería peligroso, el pequeño doncel no se tomaba muy bien que se burlaran de él. Wilhmer le explico que era debido a las hormonas, los donceles solían irritarse con más facilidad que una mujer embarazada, por eso debían ir con cuidado.

-No quiero que llegue el día que nazca el bebé. – el duque sonrió. – Al menos, debe tardar mucho más, aunque no sé si sería peor ¿Qué piensas Lennox?

-El bebé nacerá a principios de invierno, aún queda mucho tiempo, querido. – Nolan lo miró de reojo. – No debes preocuparte por eso ahora.

Nolan cruzó sus brazos sobre el vientre y empezó a hacer muecas, las cuales anunciaban que se avecinaba una pequeña represaría del doncel. Lennox había llegado a tenerle miedo al principio, principalmente por el bebé, sentía que si lo estresaba demasiado sería peligroso, hasta que aprendió que Nolan se tranquilizaba después de refunfuñarle algunas cuantas cosas.

-¿Sabes cómo tienen los bebés los donceles, querido? – pregunto con ironía. – Yo sí que lo sé, querido. – Lennox trago saliva, ninguno de los guardianes que se encontraban con ellos, tenía la intención de protegerlo, incluso Simba lo miraba de manera sospechosa. – Creo que tú también lo sabes, querido.

Pietro fingió estar hablando con Drystan cuando Lennox los observó, el duque quería que su hermana detuviera a Evangeline, pero ella seguía furiosa con él por lo que había ocurrido hacía unas semanas atrás. Rudolf se encontraba fuera al lado del cochero, estaba completamente solo en aquel momento.

-¿Enserio quieres que el bebé nazca ya? – Lennox negó con la cabeza, y acarició su vientre. – Debes estar conmigo el día que nazca el bebé, para poder verlo. – el duque asintió. – Tendrás que darme tu mano en todo momento, no podrás huir, querido.

El duque escucho como Evangeline comenzó a reír, ocultando su rostro detrás de su abanico. Nolan era mucho más pequeño que su hermano, pero Lennox le tenía cierto respeto, le divertía como podía conseguir engatusar a duque con unas pocas palabras.

-No puedo decirlo aquí, porque están ellos. – observó a los guardianes. – La matrona dijo que solo me acompañaría ella, el doctor Wilhmer y algunas doncellas, ya que los guardianes tienen prohibido pasar a la habitación ese día. – no dejó que apartara la mano de su vientre y le susurro. – Espero que tú también estés preparado, querido.

El cuerpo de Lennox tembló al ver la sonrisa de lado de Nolan, de cierta manera se parecía a la de Garth, él le había sonreído de aquella en más de una ocasión antes de firmar los papeles para confirmar el compromiso.

-Ya lo has oído, bebé. – rio y suavizo su mirada. – Papá Lennox no escapara el día que nazcas, sabe lo que le haría el abuelo Garth si lo hiciera.

-¿El abuelo Garth? – Nolan asintió. – Por casualidad ¿Qué haría?

-Te descuartizaría y lo daría de comer a los cerdos. – sonrió, a Lennox no le hacía gracia, y a Pietro le sonaba esa amenaza. – Y luego vendería tu ropa en el mercado de Phoenix, como viene de palacio sacaría mucho dinero. – el guardián rio. – Con eso compraría carne y posiblemente un nuevo animal vendría a vivir a la granja, si pudiera sugerirle quisiera que fuera un nuevo compañero para Simba.

Pietro no pudo contener la risa cuando Lennox lo miró, esa anécdota no se la había contado al duque con la llegada de Nolan, él tan solo le dio los papeles que le dio el granjero y le hablo de cómo era el pequeño doncel, nunca mencionó aquella amenaza.

-¿Le contarías al abuelo Garth algo malo sobre mi si no voy? – Nolan suspiro y puso los ojos en blanco.

-No haría falta, papá lo sabría. – sonrió igual que Garth de nuevo. – Él iría al palacio para vengarse, dejaste solo a su hijo y futuro nieto, nunca te lo perdonaría. Papá es muy protector.

-Hermano ¿Por qué estás tan pálido? – Lennox no respondió. – Nolan se está burlando de ti no lo ves, te ha asustado de nuevo. – el duque lo observo de reojo. – Incluso el bebé se está riendo, mira su vientre.

Lennox se concentró para sentir al bebé mientras Nolan se reía, eso lo había despertado, el doncel no pudo contener la risa después de ver el rostro de miedo del duque. Incluso hizo que los guardianes se rieran, se sentía demasiado aliviado en aquel momento.

-Nolan ¿Estabas bromeando? – el doncel apenas podía verlo, tenía los ojos llenos de lágrimas. – No sabes decírmelo, creí que Garth vendría a por mí, Pietro te estoy viendo. – el guardián se puso en posición. - ¿Por qué no me avisaste?

-El señorito quería pedirle que lo acompañaras al parto, como su guardián le he ayudado en ese propósito, pero tengo una duda, mi señor. – Pietro se puso serio. - ¿Por qué no respondiste a la pregunta del señorito?

-¿Qué pregunta? – Evangeline negó con cabeza, a Lennox aún le faltaba conocer a su esposo. – Querido ¿tenías una pregunta para mí?

Nolan se sonrojo, no sabía cómo decirle que él ya sabía el género del bebé, el doctor Wilhmer se lo había dicho en una equivocación. El pequeño doncel hizo como si no lo escuchará, Lennox estaba demasiado distraído en aquel momento leyendo los resultados de su esposo, el único que logró escucharlo fue Pietro, al igual que Nolan.

-Sé que dijimos que no sabríamos el género de nuestro bebé hasta el final, pero yo lo escuche. – acarició su vientre con cuidado. – El doctor Wilhmer me lo dijo, tan solo lo sabemos nosotros, Evan llama a la pequeña "Manzanita". – Lennox se quedó en silencio de nuevo. – Nuestro bebé no será un gran duque, yo siento que...

-¿Es una niña? – Nolan asintió cabizbajo. – Evangeline ¿Por qué no me dijiste nada?

-No era algo que debiera decirte yo, si no tu esposo. – sonrió. – Espero que elijas un buen nombre para manzanita, quiero ser la primera en saberlo. 

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El secreto se rompió. Nolan pensaba que Lennox se sentiría traicionado al saber que era una niña y no un niño como se esperaba. Al duque le daba igual que fuera el bebé, él tan solo tiene un deseo, y es que parezca a Nolan. 

Espero que os haya gustado :) Perdón por la inactividad, estaba ocupada. 

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¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora