Para asegurarse de que Pietro en verdad no tuviera ninguna herida, Nolan volvió a revisar su cuerpo la mañana siguiente y también antes de entrar en clases. El doncel no iba a permitir que le hicieran daño a su guardián. Aquella mañana había pensado en la manera en la que podría referirse a Lennox, para contarle el mal comportamiento que tuvo Zayer la noche anterior. Las doncellas le contaron como el guardián les grito, aunque Nolan tuvo que insistir mucho para que dijeran algo.
-Buenos días, pequeño doncel. – Nolan entrecerró los ojos cuando vio a aquella mujer, si su memoria no fallaba su profesor era un hombre. – Mi nombre en Vivianne... - le sonrió. – Me encargaré de darle las clases a partir de ahora.
Nolan se escondió detrás de Pietro para preguntarle si esa mujer decía la verdad él esperaba ver a su profesor malhumorado de siempre, no a una señorita como aquella mujer. Pietro no pudo evitar reír cuando el doncel le pregunto si su odioso profesor se había convertido en una mujer, para engañarlo y ganar su confianza.
-Señorito, la señora Vivianne se encargara de vuestras clases a partir de ahora. – él lo miró con curiosidad. – El duque Lennox vio conveniente cambiar de profesor, sus clases seguirán siendo las mismas.
Vivianne se presentó a Nolan antes de empezar, la profesora quería simpatizar con el doncel, tan solo había tenido unas horas para preparar su primera clase. Por petición de Lennox, quería que le explicara a Nolan más sobre los donceles, no era necesario que estudiara más la historia de su familia, él mismo se perdía cuando alguien le pedía que hablara de su linaje, siempre debía consultarlo con Zayer y en el peor de los casos, con Evangeline.
La primera explicación fue sencilla, Nolan la había escuchado en varias ocasiones, la primera vez fue de la boca de su padre, después Pietro le dio algo más de información, aunque él siempre ignoraba las partes que no le interesaban. Había varias cosas, con las que el doncel no estaba de acuerdo cuando hablaban sobre los donceles, él en ningún momento se había visto como un hombre frágil, solo podía admitir que solía enfermarse en invierno, pero eso no lo convertía en alguien que necesitara todo el tiempo ayuda.
-Como usted sabe, pequeño doncel. – sonrió Vivianne. – Los donceles tienen lo que se llama menstruación, al igual que las mujeres. – Nolan hizo una mueca al recordarlo. – Pero en el caso de los donceles, la menstruación es diferente, a vosotros solo os viene de dos a tres veces durante el año.
-Es algo molesto. – se quejó. – Siempre me sentía sucio, no me gusta ¿hay algún remedio para que no vuelva a venir? – muy a su pesar, la profesora tuvo que negar con la cabeza.
Pietro estaba atento a la clase, ya que Lennox le había pedido expresamente que le comunicara como había sido, quería saber si la nueva profesora era mejor que el anterior. El guardián se sintió aliviado cuando escucho como Nolan se reía entre explicación, y la facilidad que tenía Vivianne tenía para explicarle sus preguntas más rebuscadas.
Poco a poco, Nolan fue perdiendo la vergüenza con ella, incluso Vivianne hacía lo posible para integrar al guardián en la clase, dándose cuenta de que el doncel atendía mejor cuando Pietro le respondía algo. La clase fluía sin complicaciones, Vivianne había prescindido de los apuntes que había llevado.
-Señorita Vivi, aunque sea doncel, no crea que pueda hacer eso. – suspiro. – Es imposible te lo puedo asegurar.
-En los donceles, durante el embarazo se crea poco a poco, de forma natural un pequeño canal que sirve a la hora del parto. – Nolan negó con la cabeza, veía muy improbable que él pudiera hacer algo como eso. - ¿El doctor Wilhmer no te lo ha explicado?
-Señorita Vivianne, el pequeño doncel aún no era conocedor de esa posibilidad. – respondió Pietro con tranquilidad. – El doctor Wilhmer prefería esperar a explicárselo.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...