La repentina curiosidad de Nolan por conocer la historia de Edevane sorprendió a todo los del palacio. Lennox pensó que era la manera en la que el doncel quería integrarse en su familia, algo que lo alegraba de alguna manera. Aunque todas las búsquedas siempre estaban relacionadas con los donceles que había permanecido a la familia Edevane.
Sin contarlo a él habían sido un total de cuatro donceles, Cadmo encabezaba la lista acompañado por su hijo menor Raksa, el cual había tenido la misma suerte que su padre. Raksa al ser doncel no tuvo la misma suerte que sus hermanos, su padre Evander lo vendió a una familia con más poder que los Edevane para que el apellido de la familia fuera reconocido fuera de Arife.
Raksa tan solo pudo darle dos hijos al hijo de aquel hombre, ya que murió después del parto. Los mellizos por suerte no habían nacido con la condición de su abuelo y padre. Aunque no conocieron la historia de su padre hasta casi convertirse en ancianos. Raksa falleció a la edad de diecinueve años, ni su padre ni sus hermanos fueron al funeral, su historia no era muy importante según los libros de la biblioteca. Nolan solo había podido encontrar uno en el que hablaran de él, aun estando incluido en la lista de los donceles de la familia.
-Señorito, no debería leer esas historias tan trágicas. – le dijo preocupado Pietro. – Cadmo y Raksa fueron los donceles más desdichados de la familia Edevane...
-No he encontrado a los otros donceles. – se mostró molesto. – El duque no quiere que lea sobre ellos.
Nolan tenía unas ojeras sutiles bajo sus ojos, Edlynne se había esforzado en entregarle la información que no encontraba sobre Cadmo y Raksa, pero no había podido darle los nombres de los otros dos donceles. Evangeline se esforzó en buscarlos en su biblioteca, pero no encontró nada de ellos.
No había habido un doncel en la familia Edevane durante más de doscientos años, el último había conseguido convertirse en duque tras la muerte misteriosa de su esposo, aunque solo tuvo aquel cargo hasta que su hijo mayor reclamó su puesto. Lo único que había alegrado a Nolan, fue que la causa de la muerte de aquel doncel fue por vejez, aunque ni siquiera conocía su nombre. Los libros lo nombraban como "el cuarto doncel de Edevane."
El tercer doncel era aún más misterioso, su inicial "A" figuraba en la lista, a él solían referirse como el doncel silencioso, Edlynne no supo decirle mucho sobre él, tan solo conocía su letra y poco más, como el número de hijo que tuvo fueron siete.
-Deberías descansar un poco, pequeño doncel. – sonrió el guardián guardando la distancias. – Mañana temprano tiene que ir a una revisión médica, debería cerrar el libro. No podrá conocer más sobre ellos.
-Tan solo un poco más, creo que estoy a punto de descubrir algo más... - era la cuarta vez que leía aquel párrafo, el cual contaba los últimos días de Raksa. – Pietro, puedes ir a descansar, estaré bien.
-Señorito, sabe muy bien que no se me permite dormir hasta que usted lo haga. – Nolan se encogió de hombros. – Mañana puede volver a preguntarle a la señora de Edevane o a la señorita Evangeline, ahora debe dormir.
Tras varios minutos de insistencia, Pietro consiguió convencer a Nolan para que fuera a su cama, el doncel llamó a Simba como de costumbre para que durmiera con él. Simba movió su rabo feliz antes de saltar a su lado, había llegado su momento favorito, Nolan no tardo en acariciar su espalda para dormirlo.
-Debería detenerse, no le hace bien tan solo saber la historia de los donceles. – el guardián se mostraba triste. – Todos murieron de manera trágica, señorito, no debe ser bueno para usted conocer este tipo de historia. – sonrió. – El duque Lennox no dejará que le ocurra nada parecido a esas historias, se lo aseguro...
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...