Nolan se sentía extraño desde el mismo momento en el que compartió cama con Lennox, el doncel quiso eliminar todo recuerdo de aquella, y la mañana siguiente. Cuando sus doncellas le preguntaban sobre su estado. Por suerte, tan solo tenía un pequeño dolor en la cadera, así que podía hacer vida normal en palacio. Se negó a permanecer en la cama como mandaba el protocolo de la familia Edevane, huyo cuando tuvo la oportunidad, para dirigirse a la habitación de Evangeline.
Evangeline no le pregunto nada, sabía que era un tema el cual Nolan no quería oir, así que simplemente se dedicó a preparar lo necesario que estuviera cómodo. Pietro negó con la cabeza cuando Evangeline quiso preguntarlo que tal estaba el doncel, el guardián había sido testigo de la tristeza de Nolan aquella mañana, cuando Lennox ni siquiera espero a que despertará para marcharse.
Drystan provoco a Pietro con la intención de hacer reír a Nolan, burlándose del guardián por algo que les había pasado en pasado, el doncel no mostro ni una pisca de felicidad cuando Pietro le replico que el culpable de que hubiese caído en aquel lugar fue él.
El estado de ánimo del doncel estaba por debajo de lo habitual, antes hubiera preguntado cómo llego a suceder, en ese momento se hubiera inventado algo divertido para escucharlo reír con ganas. Nolan le dedico una pequeña sonrisa antes de mirar su plato, Evangeline pidió que prepararan sus dulces favoritos para animarlo, pero no estaba sirviendo.
A media tarde Nolan fue llamado por Lennox para que se presente en su despacho, así que el doncel se tuvo que despedir de sus amigos, pidiéndole a Evangeline el favor de que siguiera cuidando de Simba en su ausencia. Hizo una mueca de dolor al ponerse de pie, pero no permitió que lo ayudaran, no quería verse débil ante ellos. Tenía suficiente con que los ancianos le hubiera enseñado a todo el mundo que ya no era virgen, esperaba que al menos hubiera quemado aquel trozo de tela, se negaba a volver a verlo de nuevo. Le avergonzaba el simple hecho de como tomaron aquella muestra y lo asqueroso que se sintió cuando lo felicitaron.
Pietro observo sus manos extrañado, aún no se acostumbraba a esos guantes, Drystan se burló cuando los vio, fue la primera discusión que tuvieron aquel día. Pietro le amenazó que si se volvía a burlar le golpearía hasta saciarse, el guardián miro a Nolan para decirle que era una simple broma, no sería capaz de hacerlo, no enfrente de él. Drystan se volvió a burlar para ver cómo se sonrojaba, su amigo no podía negarlo, se sentía demasiado feliz al haber conseguido aquellos guantes.
-Señorito, anoche no le agradecí lo suficiente. – sonrió. – Usted estaba cansado así que...
-Era parte de nuestro trato, Pietro. – respondió distante. – Te iba a mostrar mi lealtad entregándote lo que deseabas. – suspiro. – No lo hice para recibir tus agradecimientos.
-Señorito, esto es algo muy grande, sé que no puede entender del todo como se siente. – rio nervioso. – Usted me ha entregado algo más que su lealtad, yo no sé cómo podría agradecértelo. – el doncel lo miro de reojo. – Señorito, permíteme agradecértelo como es debido, yo...
-Dolió, aunque el duque dijera que sería gentil conmigo, no me puedo quejar por eso. – Pietro se quedó en silencio. – Pensé con eso, empezaría a sentir algo más que resentimiento por él, pero no fue así. Dolió. – repitió con tristeza. – Entregarte esos guantes dolió demasiado.
Nolan se mantuvo en silencio hasta llegar al despacho, Pietro imito a su amo, no quería que se sintiera incomodo al escucharlo, así que oculto su felicidad por el bien del doncel, el cual observaba sus manos con cierta tristeza, mientras acariciaba su vientre. Por la mañana se había quejado de un pequeño dolor en el vientre, pero pidió no llamar al doctor, no quería ver a nadie a parte de su guardián en la habitación. Se bañó para calmar el dolor, Pietro no pudo entrar con él, así que no supo lo que paso, aunque escucho algunas quejas de su parte, el doncel le grito que no abriera la puerta cuando iba a hacerlo.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...