CAPITULO 96

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Nolan se sentía cada vez más nervioso a medida que se iban acercando a Borsir, tuvieron que detener el carruaje en varias ocasiones para que el doncel pudiera vomitar y tranquilizarse. La bebé se movía nerviosa por su vientre provocándole ardor y arcadas, incluso cuando su padre intentaba calmara para que Nolan se sintiera mejor, manzanita podía sentir que algo no iba bien con el doncel.

-Lennox, detenedlo, detenedlo de nuevo... - Nolan se cubría la boca para no frenar. – Necesito...

Pietro logro sostenerlo a tiempo antes de que cayera al suelo, el guardián sujeto con cuidado el cuerpo de su señor, mientras Evangeline masajeaba su espalda. Nolan se estaba sintiendo mal de nuevo.

-No sé preocupe, yo lo ayudaré, señorito, apoyase en mi... - el doncel estaba completamente pálido, sus ojeras estaban marcadas.

A su espalda, Evangeline tarareaba la canción que solía cantarle su madre cuando se enfermaba, había descubierto que a manzanita le gustaba y relajaba a Nolan. Lennox estaba ayudando a Pietro para que el doncel pudiera apoyarse, mientras que Drystan intentaba salir para poder ayudarlo a bajar.

-Querido ¿has tomado algo en mal estado? – el doncel negó con la cabeza, Pietro se había encargado de su comida. – ¿Quieres que vuelva el doctor Wilhmer? – cerró los ojos. – Sé que no te gusta, pero te hará sentir mejor.

Rudolf preparo un pequeño lugar de descanso improvisado, Nolan caminó con dificultad hacía allí, incapaz de levantar la cabeza sin marearse. Sentía que la bebé se estaba enfermando por sus nervios por eso lo estaba atacando de esa manera.

-Señorito, voy a poner un paño frio sobre su cuello para que sienta alivio. – le avisó Drystan. – Respire, el doctor Wilhmer se está acercando.

Nolan apretaba la mano de Lennox con la poca fuerza que tenía, podía sentir la mano del duque sobre su espalda, imitando los movimientos de Evangeline en silencio. El doncel apoyo su mano sobre el vientre para pedirle calma a la bebé, estaban preocupando a demasiadas personas a la vez. Además llegarían tarde a la mansión por su culpa.

-Lo siento, Lennox. - se lamentó con tristeza. – Por mi culpa...

-No es tu culpa, querido. – sonrió con ternura. – Tranquilo, llegaremos a tiempo, no me preocupa hacer esperar a Layton, si es por atender a mi hermoso esposo. – Nolan suspiro al notar que besaba su mejilla. – Todo va a salir bien, tu ere muy importante, querido.

-Es por la bebé ¿verdad? – Lennox negó con la cabeza. – Estás preocupado por ella.

-Estoy preocupado por los dos. – respondió algo dolido. – Sois las personas más importantes para mí en este momento, como esposo y padre debo cuidar de vosotros.

Nolan aparto la mirado cuando Wilhmer apareció enfrente ellos, después de comprobar su estado, el doctor decidió inyectarle un calmante, el doncel apretó los labios cuando lo sintió y busco los brazos del duque para que lo protegiera.

-El señorito Edevane está experimentado ansiedad por el recuerdo vivido en Borsir hace unos meses. – Nolan no quería escucharlo. – Deberíamos descansar durante unos días, antes de volver a palacio.

-Le prometí a mamá que iríamos a la boda de Layton. – hablo con tristeza el doncel. – No puedo traicionarla, ella nos espera en la mansión.

-La bebé podría en peligro si usted sigue así. – las manos de Nolan estaban frías. – La mejor opción es volver a palacio, su esposo puede...

-Mi bebé estará bien, no le va a pasar nada malo, no quiero volver a palacio, aún.

Wilhmer miró a Lennox para convencerlo de dar por finalizado el viaje, el duque miraba con preocupación a Nolan, mientras este intentaba recuperar su respiración normal, manzanita había dejado de moverse tanto, eso fue un gran alivio para él, pero su esposo no estaba recuperando su color habitual.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora