La primera parada del viaje fue en el acantilado de Cadmo, Lennox le explico a un fascinado Nolan que significaba aquel lugar para la familia Edevane, mientras el doncel tocaba el agua fresca con su mano, con timidez pregunto si podía poner los pies, aunque empezara hacer frio, le gustaba la idea de hacerlo.
-Mi querido doncel, puedes seguirme... - sonrió Lennox antes de tenderle la mano. – Quiero llevarte a un lugar especial.
Nolan lo siguió en silencio, desde que habían llegado estuvo al pendiente de los gestos de su esposo y guardián, Pietro evitaba su mirada cada vez que este se atrevía a llamarlo. Lennox le había pedido que preparada un pequeño picnic para poder comer con el doncel.
-Debo de admitir que le tenía un poco de envidia a mi hermana. – se sonrojo avergonzado. – En palacio no me puedo permitir este tipo de actividades, así que espere a que estuviéramos solos para poder hacer este picnic.
-No debiste preocuparte, mi duque, no me molesta que no podamos hacer picnics, sé que vuestro trabajo es complicado. – respondió con sinceridad, Lennox hizo una pequeña mueca. – Aunque he de admitir que este lugar es más hermoso que el jardín de palacio.
El duque beso la mejilla del doncel cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, le gustaba ver las reacciones de su esposo cuando se avergonzaba, le parecía demasiado tierno como intentaba esconderse de él para que no viera sus mejillas o cuando le llamaba por su nombre para regañarlo entre murmullos.
-Evangeline siempre me habla de lo divertido que es estar contigo. – se quejó. – Sé que no debería sentirme así, pero le tengo un poco de celos, Evangeline puede disfrutar de tu compañía a menudo.
-¿Quiere hacer algo en especial? – Lennox mostro una sonrisa pícara y aparto la mirada. - ¿Qué quiere hacer?
-Escuche que sueles acostarte sobre la manta de picnic después de comer... - el doncel asintió. – Y dejas que Evangeline te acaricie el cabello, me gustaría poder hacerlo, si me dejas.
Nolan se acostó sobre las piernas de Lennox con timidez cuando el duque le dijo que podía hacerlo, el doncel sentía algo extraño en su vientre, le preocupo estar enfermándose durante el viaje, no quería que se preocuparan por él.
-¿Puedo? – pregunto emocionado Lennox. – Puedo tocar tu cabello ¿verdad? – asintió.
Lennox estaba disfrutando demasiado aquellos momentos, mientras Nolan se estaba extrañamente tranquilo, el duque no hablaba, su tarea estaba en acariciar el cabello de su esposo. Nolan se permitió cerrar los ojos al notar que no estaba en peligro, momento en el que Lennox aprovecho para tocar una de sus mejillas, se estaba preguntando desde hacía tiempo si era tan suave como parecía. Rio al ver cómo Nolan le fruncía el ceño por haberlo molestado, lo volvió a hacer cuando noto que se había dormido. Pietro le llevó una manta para cubrirlo.
-Duque ¿Está cómodo así? – asintió. - ¿Está seguro? Podemos llevar al pequeño doncel a que descanse, sus piernas estarán resentidas...
-Zayer, no voy a tener oportunidades como esta en palacio, me gustaría pasar más tiempo con mi esposo. – le reclamo molesto. – Por favor, deja que disfrute de mi doncel.
Zayer se apartó del lugar, después de cubrir al doncel. El guardián se encontraba molesto en aquel momento por las palabras del duque, él tan solo quería que estuviera a cómodo, Nolan estaba durmiendo sobre sus piernas sin pensar en cómo se estaba sintiendo Lennox en aquel momento. Pietro no le dijo nada cuando paso por su lado para despejarse.
-Deberías educar mejor a tu amo. – le reclamó. – Es la segunda vez que duerme sobre el duque, eso no está bien visto.
-El duque es quien ha permitido que el pequeño doncel duerma sobre sus piernas. – evito sonreír para no molestarlo más de lo que estaba. – El señorito no está haciendo nada malo.
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¡Maldito, pequeño doncel!
Roman d'amourUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...