Nolan comenzó a juguetear con la servilleta mientras esperaba al duque, se mostraba demasiado feliz por lo que había conseguido. Aunque Pietro podía asegurar que en ningún momento hubiera sospechado que el doncel le había hecho mirar directamente a los ojos para ganar un juego. Las doncellas tuvieron que quitarle el corsé después de que insistiera en que lo hiciera.
-El duque tardará unos minutos en llegar. – le dijo Pietro a un impaciente doncel que estaba empezando a hacer bolitas de papel con la servilleta. - ¿Ocurre algo señorito? – negó con la cabeza.
La verdad es que Nolan estaba algo nervioso por la cena, cuando se enteró de que Evangeline no iba a asistir se enfadó muchísimo, su maestra y amiga le había explicado que Lennox quería hablar expresamente con él y no podía estar ella presente, ya que era una cena para ellos dos. Estaba seguro que tan solo lo había hecho para molestarlo, ya que aquella mañana había ganado la carrera a caballo.
-Señorito es la quinta servilleta que rompe... - Nolan inflo las mejilla. – Está todo lleno de bolitas.
-¿Por qué tarda tanto? – pregunto mientras se acomodaba las mangas de la camisa, había escondido algunas bolitas para atacar al duque por su tardanza. – Tengo hambre.
-El duque Lennox, se encuentra hablando con los ancianos, está a punto de llegar, debe estar tranquilo... - sonrió y quito las bolitas de la mesa con cuidado. – Señorito, deja que vea sus mangas.
Pietro lo miro directamente a los ojos, el doncel había empezado aquel juego mientras lo vestía y siempre intentaba ganar para pedirle algo al guardián. Nolan sonrió con maldad cuando su guardián se acercó a él y escondió algunas de las bolitas en su bolsillo.
-Dámelas, yo me encargaré de tirarlas... - Nolan entrecerró los ojos. – Señorito, no es momento de jugar, su prometido está a punto de llegar.
Nolan volvió a sonreír cuando Pietro recogió las que se habían caído al suelo, y rio al ver que había algunas bolitas en su cabello, el guardián las tiro en una bolsa y fue quitándose las de su cabello poco a poco.
-Sé que está aburrido, y que en esta hora suele estar ya en su habitación, pero el duque es un hombre muy ocupado, debemos esperar a que llegue. – el doncel suspiro. – Muy bien, señorito, ahora puede darme las que está escondiendo en su puño, por favor.
Pietro le tendió su mano con cuidado, Nolan hizo como si no entendiera lo que estaba pasando, intentaba engañarlo para no tener que dárselas, ya que se había quedado sin las que iba a usar para el ataque. El doncel comenzó a reír cuando su guardián intento abrirle la mano con cuidado, no le haría daño, Pietro era especialmente cuidadoso con las manos del doncel, preocupándose cuando vio que tenía algunos cayos por subirse a los árboles y montar a caballo, les había pedido a las doncellas que limpiaran las manos del doncel con cuidado para que fueran suaves al tacto, como se esperaba de un doncel.
Lennox se quedó observando la escena en silencio, por como vio a Pietro pudo intuir que Nolan era el responsable del desastre que había en el suelo, el guardián le pedía con paciencia que abriera la mano mientras intentaba recoger las que caían en el suelo. Nolan se reía cada vez que ponía alguna de las bolitas en el cabello de Pietro.
-El duque Lennox ha llegado. – Pietro se tensó al escuchar la voz de Zayer a su espalda, el doncel dejó de reírse.
Pietro intento ignorar la mirada de Zayer clavada en su espalda, el guardián hizo una pequeña reverencia antes de volver a su lugar. Lennox le pidió con un simple gesto de la mano que se retiraran, dejándolos solos.
-Ya pueden traer la comida. – Nolan miraba a Lennox con cierto respeto. – Traerle una nueva servilleta a mi prometido. – rio. – Perdón por hacerte esperar, Nolan.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...