Nolan decidió tomar un baño con Lennox, para acostumbrarse a verlo desnudo. Su estómago se encogía al pensar que aquella noche debían repetir lo mismo que el día que se casaron. Lennox le prometió ser gentil, pero eso no significaba que no sería doloroso.
Evangeline les había dejado unas bombas de agua especiales para relejarlos, el doncel sentía como las burbujitas rodeaban su vientre mientras Lennox lo abrazaba con cariño. El duque había aprovechado la proximidad con su esposo para besar su mejilla, aunque fue sorprendido por Nolan cuando dejó que besara también sus labios, aún sabían al dulce de leche que se había tomado de postre después de cenar.
-Tranquilo, pequeño doncel... - Lennox acariciaba su vientre con tranquilidad, explotando algunas de las burbujitas. – No hay nadie cerca, puedes relejarte.
-¿Crees que los ancianos estarán demasiado furiosos por nuestra decisión? – el duque dejo caer su cabeza sobre el hombro de Nolan. - ¿Estarán seguros?
-Puede que sean orgullosos, pero nunca romperían las normas impuestas por sus señores. – sonrió. – Son demasiado cobardes en ese aspecto, mi pequeño doncel...
Lennox se había dado cuenta que Nolan tiene mucha sensibilidad cerca de su nunca, así que besaba aquella parte con asiduidad para comprobar como el doncel se encogía en sus brazos. Estaba seguro que Nolan se enfadaría cuando viera la pequeña marca roja que le había dejado, pero era capaz de soportar la furia de su querido esposo.
El doncel abrió sus piernas poco a poco, dejando que la mano del duque recorriera sus muslos, Lennox le susurraba para desconcentrado, mientras escuchaba como el corazón de Nolan latía con fuerza sobre su pecho.
-Esto te ayudará un poco, tranquilo... - Nolan suspiro. – No voy a hacerte daño, mi pequeño doncel.
-Siento como te mueve sobre mi espalda, querido duque. – Lennox rio. – Hay algo extraño entre mis nalgas.
-No pienses en ello, Nolan...
Nolan mordió sus labios cuando Lennox sostuvo su pene y mordisqueo su cuello, sentía como su cuerpo se convertía en flan cuanto más tiempo pasaba. El duque subió su mano libre hasta su pecho haciendo que Nolan jadeara, quiso echarse hacia delante, pero no le dejó. Nolan temblaba sin cesar en sus brazos.
-Todo va a salir bien, mi hermoso Nolan... - el doncel puso los ojos en blanco. – Si duele, no dudes en decírmelo.
Hacía tiempo que había dejado de escuchar el agua, la cabeza del doncel estaba completamente nublaba, se estaba conteniendo para no jadear, aunque Lennox era un maldito embustero. Mientras le susurraba al oído que no iba a seguir sin que él lo deje, atacaba un nuevo punto, Nolan no sabía que era alguien tan sensible.
-Pon tus manos aquí, pequeño doncel. – Nolan sintió algo de frio cuando Lennox le obligo a sacar medio cuerpo del agua. – Necesitamos que esto sea lo más placentero posible.
El duque acarició la espalda del doncel hasta llegar a su cadera, haciendo que Nolan se quedará paralizado, no podía mostrarse en aquella posición a su esposo, estaba mal. Lennox no le dejó moverse cuando quiso darse la vuelta, sujetaba su vientre para que se sintiera segura.
-Lennox, esto es... - sus ojos se volvieron a poner blancos. – ¡No muerdas! – le gruño, haciendo que el duque comenzara a reír. – Duele.
-Tranquilo... - Nolan aprisiono su mano para que no se moviera. – Pequeño doncel, esos sonidos son demasiado tiernos.
Nolan se mordía los labios para no insultarlo, Lennox le provocaba para molestarlo, había escuchaba como le llamaba maldito duque en una ocasión mientras discutía con Lennox. Su esposo se había molestado con él, porque no le dejó ir a Arife. Lennox quería que le volviera a llamar "maldito duque", así que mordió su nalga.
-¡No muerdas, Lennox! – tan solo conseguía pequeños gruñidos de su parte. - ¡No...!
El doncel se asustó cuando noto como el dedo de Lennox rodeaba su ano haciendo pequeños círculos que le causaban cosquillas. Nolan cerró los ojos cuando empezó a introducirlo con cuidado, apretando con fuerza, le estaba doliendo.
-Relájate, Nolan. – acariciaba su vientre al mismo tiempo que introducía otro dedo. – Es necesario, la otra vez sangraste mucho, tranquilo.
-Duele... - se quejó, Lennox besó su espalda mientras lo obligaba a sentarse despacio. – Duele, no sigas, no sigas.
-Relájate, pronto empezaras a sentirte mejor...
Nolan arañaba los brazos de Lennox para que se detuviera. El duque no le estaba haciendo caso, había roto su trato, no le iba a hacer daño. El doncel quería demostrarle que no mentía, clavó sus uñas en la piel de su esposo, mientras su ano se tragaba sus dedos, Lennox sentía que cada vez era más fácil, Nolan se distraía arañándolo, eso hacía que se relajara.
-Lo estás haciendo muy bien, mi querido doncel. – Nolan jadeo. – Respira, querido, respira poco a poco.
-Maldito... - le gruño, Lennox besó su espalda. – Maldito duque, maldito.
-Muy bien, querido, muy bien... - sonrió. - ¿Qué más quieres decirme?
-Idiota, tonto... - el duque comenzó a reír. - ¡Ummm!
Lennox lo llevo a la cama cuando Nolan estuvo completamente relajado, tras una larga de insultos el doncel estaba más receptivo. El duque notaba como sus brazos ardían cada vez que el agua lo tocaba, Nolan se había encargado de que su castigo fuera terriblemente doloroso, comparado al suyo.
-¿Estás preparado? – Nolan asintió. – Respira, mi querido doncel.
Nolan cerró los ojos con fuerza, se negaba a ver a Lennox. Cada vez que lo hacía veía a Pietro, y temía que su esposo se enfadará con él, si se equivocaba al decir su nombre. Mantener los ojos cerrados le ayudaba a visualizar el rostro de su esposo con más facilidad.
-Es más fácil ahora ¿verdad? – el doncel asintió. – Querido, mueve tu cadera hacia mí un poco.
Esperaba que Pietro no estuviera demasiado cerca, las paredes del palacio a veces parecían estar echas de papel, Nolan no creía ser capaz de soportar saber que él lo estaba escuchando. Lennox se movía cada vez más rápido al tiempo que él gemía.
-¿Te gusta? – asintió, no quería hablar. - ¿Duele? – negó con la cabeza.
Lennox le pidió que lo abrazara al tiempo que levantaba su cuerpo con cuidado, Nolan gimió cuando el pene del duque dio a un nuevo sensible que no sabía que existía. El doncel sonreía para que su esposo no se sintiera decepcionado. Su cuerpo se estaba comportando extraño, apenas sentía que fuera suyo.
-Te amo, mi hermoso doncel. – Nolan sonrió de nuevo.
-Te amo, mi querido duque.
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Será mejor que Lennox no sepa en quien estaba pensado Nolan en ese momento.
Pietro se encuentra feliz enseñándole a Rudolf, en una de sus explicaciones le contó cuales eran los puntos débiles de Drystan para que lo atacara si lo veía necesario. Rudolf no entiende que tiene que ver con sus clases, pero igualmente se lo apunto.
Lennox sospecha que Nolan le está ocultando algo de nuevo, pero no quiere saber lo que es por miedo.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...