Nolan se escondió entre las dos columnas que se encontraban cercanas a la habitación que ocupaba Lennox, tan solo para sorprenderlo. Sabía que Pietro no estaría con él en aquel momento, él mismo había enviado a los guardianes a que se probaran los trajes que debían llevar en la boda de Layton, así que estarían ocupados al menos por un par de horas.
El doncel acarició su vientre nervioso, no quería que el duque se enfadará enserio con él, pero necesitaba que alguien le contara la verdad sobre Adrien, preguntárselo a Rudolf le parecía absurdo ya que sabía lo mismo que él. Evangeline, Pietro y Drystan tenían los labios sellados, no hablarían aunque les torturará de la peor manera posible, sabía que Pietro y Drystan eran guardianes muy resistentes; y Evangeline sabría cómo engañarlo para que le creyera.
Edlynne sabía lo mismo que Rudolf, ya que Javaid prohibió que le informaran sobre la muerte de un aprendiz. Preguntárselo a Tristán le parecía algo peligroso, aunque no le quisiera admitir, era un guardián que le daba demasiado miedo cuando estaba a solas con él, y sabía que no tardaría en contárselo a Edlynne. Tristán era demasiado legal a Edlynne, así que no podía confiar del todo en él.
Layton quedaba descartado desde el principio, ya que lo veía como alguien insoportable y no quería estar más del tiempo conveniente a su lado. Moriría antes de hablar por propia iniciativa con ese hombre al que debía llamar hermano, al serlo de su esposo. Nunca lo haría aunque su vida pendiera de él.
Nolan negó con la cabeza, no quería que su mente ocupara durante tanto tiempo la imagen de Layton, ya que le dolía la cabeza con tan solo escuchar su voz. Verona quedaba totalmente descartada, dudaba incluso de que supiera que los guardianes pasaban años de entrenamiento como aprendices antes de convertirse oficialmente en los protectores de los nobles. Layton no habría tenido tiempo de explicárselo, o intención ni siquiera de hacerlo.
Al único al que podía aprisionar en ese momento era a Lennox, el duque estaba demasiado preocupado por su estado, así que le sería muy fácil engañarlo. Nolan sonrió con cierta maldad al imaginarse el rosto de su esposo al verlo allí.
-Manzanita, debes ayudarme... - rio, acariciando su vientre. – Debes ser terriblemente malvada con tu padre, ayuda a papá con esto.
Se untó una crema transparente sobre su vientre, para que se enfriara con el tiempo, tenía que ser rápido, ya que podía escuchar los pasos de Lennox al final del camino. Iba a fingir encontrarse mal para que el duque no intentara escaquearse al verlo.
-Debes estar muy quieta, manzanita. – sonrió, y guardo el botecito entre sus ropas. – No te muevas, aunque tu padre te pida que lo hagas.
Garth siempre se había sentido sorprendido con el nivel de actuación que podía tener su hijo, sobre todo cuando era pequeño, más de una vez su padre cayó en sus bromas. Nolan tenía una gran facilidad para llorar aunque no fuera de verdad, haciendo que Garth cuestionara si estaba o no contándole la verdad.
Se asomó con cuidado para comprobar que Lennox se estuviera acercando de verdad y fingió caerse cuando vio su rostro. El doncel oculto su sonrisa cubriéndose su rostro con la manos, aún quedaba un poco de crema, así que el frío hizo que le fuera más fácil dejar salir sus lágrimas, con la mano que tenía libre acariciaba su vientre para "intentar" calmar el dolor.
-Querido...- grito Lennox, al mismo tiempo que sus pasos se aceleraban para encontrarse con él, Nolan soltó un quejido de dolor para incrementar su actuación. - ¿Qué ocurre?
El factor del silencio era necesario, así que lo alargo más de lo conveniente para que el miedo de Lennox incremente. El duque se enfadaría demasiado si supiera que es una broma, así que no quiso mirarlo a los ojos. Garth le explico que podía saber si mentía con tan solo verlo, así que aprendió a que era mejor hacer todo lo posible para que nadie los viera.
-¿Por qué estás aquí solo? – era absurdo gritar por ayuda, los guardianes estaban demasiado lejos y no había doncellas cerca. – Madre y Evangeline dijeron que ibas a estar con ella.
Les había dicho que estaba cansado y necesitaba dormir un poco más, Simba lo siguió en silencio, así que Evangeline no le hizo demasiadas preguntas, bostezo antes de despedirse. Para no alterar a Simba y no verse interrumpido en su actuación, lo dejó en su habitación. Simba estaría distraído con sus juguetes hasta que Evangeline fuera a visitarlo, esperaba tener la información que quería antes de que su hermana se diera cuenta de que él no encontraba en la habitación, y descubriera que era una broma.
-Quería verte... - sollozo, mientras Lennox intentaba ver su rostro. – Está noche tuve una pesadilla.
-Estás frio... - Nolan no respondió. - ¿Tienes frio? – asintió y tembló cuando Lennox quiso levantarlo. - ¿Dónde has estado?
-Te estaba esperando aquí. – sus labios se estaban empezando a poner morados. – Pero tardabas demasiado. – se quejó.
Lennox tan solo podía ver la mitad de rostro, Nolan giraba la cabeza de manera intencionada para evitar que los ojos del duque lo vieran directamente. Para distraerlo puso la mano de Lennox sobre su vientre.
-Creo que le ocurre algo. – hizo una mueca cuando lo acarició, aunque fuera su esposo le seguía pareciendo desagradable. – No se mueve.
En silencio le pedía a su bebé que siguiera con el plan, Lennox quería llamar la atención de su hija dando pequeños golpecitos sobre el vientre, mientras sentía que su mano estaba cada vez más fría. Nolan apoyó su cabeza sobre el hombre de su esposo y cerró los ojos.
Oculto su rostro en el hombro de Lennox cuando lo cargó, su esposo no tardaría en llamar al médico de la mansión, el cual se daría cuenta que estaba fingiendo. Los "matasanos" como los llamaba Garth, siempre habían sido su mayor problema. Su padre solía llamarlo cuando él decía estar enfermó, no tenían que hacer mucho para descubrir su plan. Nolan era castigado por su padre, aunque el enfado de Garth solo duraba un par de minutos, olvidándose de la amenaza sobre dejarlo sin cenar aquella noche.
Nolan abrazo a Lennox para decirle que estaba bien, el duque pudo ver un poco de rubor en las mejillas de su esposo, mientras el doncel mostraba una pequeña sonrisita.
-No llames a nadie. – le pidió sin quitar su sonrisa. – Tan solo necesito estar un poco a tu lado.
-La bebé puede estar en peligro, Nolan... - él negó con la cabeza. - ¿Qué hacías allí?
-Esperarte... - suspiro cansado. – Sé que anoche lo hice mal al estar enfadado contigo. – hizo un pequeño puchero. – Pero no me gustaba la idea de que Layton le hiciera nada malo a las estatuas, pensé que defenderías a los donceles.
-Estuviste demasiado en el jardín ¿te has enfermando por eso? – odiaba que lo viera tan débil, él solía dormir fuera de su habitación en verano, aunque Garth no le dejara. – Por eso estás tan frio.
-Tan solo que te quedes a mi lado, no llames a nadie, por favor.
Las manos de Lennox acariciaban el rostro de Nolan con miedo, el doncel seguía con su media sonrisa en el rostro repitiéndole que estaba bien, incluso le permitió que acariciara de nuevo su vientre. La crema seguía haciendo que estuviera frio, pero la bebé se movía sin problemas. Dejo pasar unos segundos antes de hablar de nuevo.
-Pietro me hablo sobre alguien importante para ti. – no podía decirle el nombre tan rápido. – Me dijo que era un aprendiz.
El duque abrió y cerró los labios sin emitir ningún tipo de sonido.
-¿Quién era? No me acuerdo del nombre que me dijo. – Lennox volvió hacer el mismo gesto. – No me contó mucho, parecía estar muy triste al recordar a ese aprendiz.
-No es importante, no entiendo porque te habló de esa tontería.
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Nolan en su mente: "podre fingir no enterarme de nada, pero no soy tonto, querido". Palabras atentamente para Lennox.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomantikUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...