CAPITULO 104

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Verona de Borsir es una mujer joven y tranquila, según las palabras de Edlynne, la cual la había conocido hacía tan solo unas semanas, cuando Layton decidió que era hora de llevarla a la mansión, sorprendiéndola con la noticia de que iba a casarse con ella.

Tan solo había tenido un par de ocasiones para escuchar la voz de su futura nuera, Verona siempre guardaba silencio en presencia de Layton, tan solo se permitía hablar cuando él se lo pedía. Edlynne había intentado hablar con ella en par de ocasiones, sin que Layton estuviera frente a ellas, pero todas sus oportunidades fueron inútiles. Verona la escuchaba, pero no hablaba, tampoco le mostraba ninguna intención de hacerlo, tan solo respondía cuando le preguntaba y siempre eran monosílabas, muy pocas veces formaba frases de más de cinco o seis palabras.

Edlynne no quería forzarla, Layton le había explicado que Verona había sido criada de esa manera durante años, y tan solo hablaba si era necesario. A los ojos de su suegra, Verona no parecía estar viva, sus ojos no mostraban ninguna emoción, eran tan oscuros como el fondo del mar.

-Bienvenidos a casa... - sonrió Edlynne al ver a Evangeline y Nolan. – Os presento a Verona, la futura esposa de Layton. – ella asintió y les mostro una pequeña sonrisa. – Verona, te presento a mi hija Evangeline, y a mi yerno Nolan, como te conté él es una doncel. – Nolan se sonrojo. – Se casó con mi hijo mayor, el duque de Edevane, Lennox, hermano de Layton.

Evangeline entrecerró los ojos con curiosidad al ver que Verona tan solo asentía y mostraba pequeñas sonrisas, Nolan se adelantó a ella al darle un pequeño abrazo a su madre, con una pequeña presentación tímida hacía Verona. Drystan se acercó a Evangeline cuando ella le hizo un gesto para que lo hiciera, el guardián esperaba a la orden de su señora, pero nunca llego. Edlynne llamó a Tristán para que se acercará a ellos, su guardián apenas había cambiado, aunque Drystan deseaba que llegará pronto el momento de quedarse los dos solos, tenía un corte de cabello extraño que lo hacía ver más mayor de lo que era.

-Verona, ellos son sus guardianes, Pietro Fiore, Drystan Picard y Rudolf Phoebe. – los tres agacharon la cabeza en señal de respeto. – Recuerdas que te dije que Tristán tenía un hermano pequeño. – volvió a asentir. – El guardián de mi hija es su hermano pequeño, Drystan.

Nolan imitaba sin darse cuenta las muecas de Evangeline, mientras escuchaba como Edlynne hablaba con Verona. El doncel dejó que Verona se acercara a él para tocar su vientre, aunque estuvo a punto de llamar a Pietro para que lo protegiera, muy pocas personas tenían permitido tocar su vientre sin su permiso, ya que sentía que le podrían hacer daño al bebé.

-Nolan lleva en su vientre al futuro heredero de Edevane. – sonrió Edlynne con orgullo. – Mi hijo mayor pronto se convertirá en padre junto a su doncel.

-Mamá... - replico Nolan con cierta vergüenza, sabía que no podía llamarla así delante de desconocidos, por normas de la familia, él era el único que se había atrevido a llamarla "mamá", sin sentirse avergonzado. – No será el heredero de la familia... - sonrió con timidez. – Creo que mi esposo me regañara si se entera que os lo he contado, queríamos que fuera secreto hasta el momento del parto, pero no puedo guardármelo más.

-¿Le ocurre algo malo a mi nieto? – Nolan negó con la cabeza, ensanchando su sonrisa un poco más. - ¿Te ocurre algo?

-Tengo bastantes nauseas, pero nada preocupante, mi esposo y guardián me cuidan a menudo, y no me puedo quejar de los cuidados de Evan... - Evangeline inflo su pecho orgullosa. – Creo que es la persona que más ganas tiene de conocer a manzanita. – rio y acarició su vientre. – Mi hija va a ser una consentida cuando nazca, creo que no sea muy bueno.

El doncel esperaba la respuesta de Edlynne, temía que no fuera de su agrado al decir que el bebé era una niña, había estudiado bastante sobre que implicaba dar un heredero a la familia, y lo que se esperaba de él. En todos los escritos que había leído decían que el heredero debía ser un hombre fuerte, que pudiera llevar el nombre de su familia sobre los hombros. Nolan se sintió triste por su bebé cuando supo que ella no podía cumplir con lo que se pedía en el libro de la familia.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora