El ambiente en palacio se había vuelto cada vez más tensó. Los guardianes se aseguraban de la seguridad de sus amos, prohibiendo la entrada de personas no autorizadas, la comida era probada antes por ellos antes de servirla en el plato. La noticia de que alguien estaba intentado atacar a la familia Edevane desde dentro había dado la vuelta a todo el palacio, llegando incluso a la ciudad de Arife, el homenaje de Javaid fue aplazado unas semanas para asegurarse de que nadie corría peligro en la ciudad.
Lennox ordeno inspeccionar las habitaciones de los guardianes y doncellas, para eliminar cualquier objeto que pareciera sospechosos, incluso revisaron la habitación del doncel, sus hermanos y madre, la suya propia también.
Las clases de Nolan se vieron interrumpidas unos cuantos días, para asegurarse de que la profesora era alguien en la que podían confiar. El duque se mostraba ansioso, apenas dormía por las noches para asegurarse de que la seguridad hacía su prometido era tal y como había pedido, los ancianos no mostraron interés por la carta, así que no vieron necesario el ofrecer su ayuda.
El duque releyó la carta hasta poder recitarla sin ni siquiera verla, en su cabeza se repetían las palabras que Garth había sobre marcado con la pluma. Intento formar frases con ellas, pero ninguna tenía sentido, leyó la carta saltándose aquellas palabras y tampoco obtuvo respuesta. Le pidió a Zayer que le leyera la carta, pensado que así podría sacar algo en claro, pero no lo consiguió.
-Señor, debería dormir un poco. – le propuso el guardián, preocupado por el aspecto enfermizo que mostraba Lennox. – Lleva varios días en su despacho, me preocupa que vuestra salud se vea afectada por la falta de sueño.
-¿Han averiguado quien era ese hombre? – Zayer negó con la cabeza. - ¿Dónde está Garth?
-Ha vuelto a desaparecer, los guardianes que se encontraban en Borsir fueron a inspeccionar el hostal donde se había hospedado, pero tan solo encontraron un par de papeles. – Lennox suspiro cansado. – No hay rastro alguno del señor Garth.
El cuerpo del hombre que entrego la carta fue cremado después de hacerle un pequeño estudio, no pudieron averiguar mucho sobre él, tan solo que rondaba los cincuenta años y que posiblemente era de Borsir o alrededores. No tenía familia o conocidos que preguntaran por él, tampoco encontraron nada que pudiera vincularlo a Garth. Era un completo desconocido para todos. Sus cenizas fueron enviadas a Borsir para que pudiera descansar en paz.
-Señor, por favor descanse... - le suplico Zayer. – No es bueno para su cuerpo soportar tantas horas sin dormir, no debe preocuparse por la salud del pequeño doncel, él se encuentra a salvó junto a vuestra hermana y madre.
-¿Layton ha salido de su habitación? Lleva encerrado desde el día del baile, no quiere hablar con nadie, madre ha intentado ponerse en contacto con él con la ayuda de su guardián, pero no ha servido de mucho.
-Las doncellas que están a cargo de su habitación han confirmado que vuestro hermano está comido con normalidad, y se encuentra sano. Su guardián informó de que Layton no se encontraba con ánimos de salir de su habitación, después de la muerte de aquel hombre. – Lennox entrecerró los ojos. – El joven Layton ha rememorado la muerte del duque Javaid, y no se encuentra bien.
La cercanía que tenían Javaid y Layton no era ningún secreto para nadie. Javaid siempre ha mostrado cierta predilección hacía el menor de su hijo, incluso llego a mencionar alguna vez que Layton sería mejor duque que el mismo Lennox, quejándose de que él no pudiera serlo debido a ser el más pequeño. El antiguo duque fantaseaba con la idea de que Layton lo sustituyese, y había pedido que lo entrenaran en secreto, ya que no quería que su esposa se antepusiera en su decisión, fueron los ancianos quienes prohibieron que Layton siguiera estudiando para convertirse en duque.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...