CAPITULO 12

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Con la llegada de Edlynne y Layton, el palacio se volvió un completo caos, la madre del duque les comunicó su intención de quedarse en palacio hasta finales de mes, algo que contento a Evangeline, la cual hacía más de un año que no veía a su madre. Layton se mostró esquivo cuando Nolan se presentó a él, el doncel sentía que no era del agrado del hermano pequeño de su prometido, incluso cuando su madre insistió en que debía al menos saludarlo, Layton no lo hizo.

-Madre, nuestro hermano vendrá pronto, podemos esperarlo en el jardín mientras tomamos algo. – Evangeline se mostraba feliz al lado de Edlynne. – Puedo hablarte de todo lo que ha pasado este último año, mi hermano no te habrá contado mucho. – suspiro. – Lennox siempre ha sido así, madre. – se quejó. – Nolan ven con nosotros. – le sonrió.

Evangeline no podía negar ser la hija de Edlynne, Nolan se quedó sorprendido con el parecido, solo había una cosa que las diferenciaba y las hacía ser diferentes, sus ojos eran distintos. Evangeline compartía los ojos verdes de Lennox, mientras Edlynne tenía los ojos color avellana. El doncel intento sacarle parecido a Lennox y Layton, esforzándose por ver su parecido, pero no había nada en ellos que fuera igual.

-Señorito ¿ocurre algo? – Pietro le susurró al oído, el doncel estaba concentrado mirando a Layton.

Nolan le saco la lengua a Layton cuando este dejó de mirarlo y se dirigió hasta Evangeline para alejarse de su lado. El hermano pequeño de Lennox caminaba al lado de su guardián con los ojos clavados en el doncel, cuando su hermano les comunico que iba a casarse con un hombre pensó en lo peor, le daba igual que ese hombre fuera un doncel.

Evangeline les llevo a un lugar diferente al que solían ir, Nolan aún no conocía aquella pequeña caseta de cristal, estaba acostumbrado a comer con ella en el jardín más cercano a los establos. Pietro le comento que aquel lugar era al que acostumbraban a ir a pasar la tarde cuando Edlynne vivía en palacio, Evangeline solo se permitía visitarlo cuando su madre se encontraba con ella.

-Madre, mi hermano, siempre está ocupado. – se quejó. – Desde que se convirtió en duque tiene menos tiempo que antes.

-Evangeline, el trabajo de Lennox es complicado... - la voz de Edlynne era tranquila. – La muerte de vuestro padre fue inesperada, él tiene que continuar con lo que Javaid dejo atrás.

-Solo Lennox podía ocupar ese lugar. – respondió Layton con cierto resquemor. – Padre no pudo elegir cuál de sus hijos se merecía ser el verdadero duque.

-Nuestro hermano trabajo muy duro para ocupar su lugar como duque, Layton, como el primogénito debía ser él quien continuara con el legado de nuestro padre. – Evangeline estaba molesta. – Ya sabemos cómo son las normas, solo el primogénito puede convertirse en duque, Lennox no tuvo la oportunidad de declinar ese puesto.

-Sí que pudo hacerlo, pero no quiso, a tu querido hermano le gusta demasiado el poder... - rio de forma burlona Layton. – No tardo en sentarse en el lugar de nuestro padre, ni siquiera espero a que lo trajeran de vuelta al palacio, tu querido hermano siempre ha querido ser reconocido.

-Lo que te molesta es que nuestro padre... - Edlynne golpeo la mesa para que Evangeline dejase de hablar, Layton sonrió triunfante.

-Evangeline no está bien hablar de esa manera cuando tenemos un invitado en la mesa. – ella agacho la cabeza. – Aún no habéis dejado de discutir desde que hemos llegado, Layton ya sabes porque tu hermano es duque, Evangeline no deberías hablar sobre eso en la mesa.

Edlynne se sentó delante de ellos, ordenando a las doncellas que les llevaran algo de té y dulces, Evangeline miraba de reojo a su hermano, mientras este no hacía nada para ocultar la satisfacción que le causaba que su madre la hubiera regañado. Nolan se sentía un extraño en la mesa, jugueteaba con el cabello de Simba para tranquilizarte.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora