Tras más de una hora sin escuchar nada proveniente del pasillo, Pietro decidió que estaban a salvo, desde hacía unos minutos podía escuchar las risitas del doncel mientras hablaba con el duque, y como Lennox lo provocaba más para seguir escuchando aquella risa.
Era como si hubieran olvidado que estaban en peligro, Pietro movió la estantería que había utilizado para ocultar la puerta por si acaso, haciendo que sus señores se quedaran en silencio. Nolan dejó de reírse en aquel momento y Lennox dejó de hablar, las últimas palabras que logro escuchar Pietro fueron "escóndete", de parte del duque.
-Señor, soy yo, Pietro... - les avisó con cuidado para no asustarlos más de lo que estaban. – El peligro ya ha pasado, podéis salir.
No hubo respuesta de parte de ninguno de los dos, el guardián se percató de que algo había caído al suelo en el baño y como Nolan le decía a Lennox que tuviera cuidado, el duque lo tranquilizaba diciendo que no iba a dejar que le hicieran nada malo.
-Señor, voy a abrir la puerta, apártense si están cerca, repito soy Pietro y todo está en orden. – el guardián se mantenía alerta. – Señorito, reconoce mi voz ¿verdad?
Pietro quería sonar inofensivo, hablándole a Nolan como era costumbre, estaba seguro de que el doncel lo reconociera y lo que fuera que estuvieran haciendo en el baño se detendría, estaban cayendo demasiadas cosas en el suelo, mientras Lennox le pedía que tuviera cuidado.
Apoyo la mano sobre el pomo de la puerta y suspiro, sería como los juegos que tenía normalmente con Evangeline, siempre conseguían engañarlos a Drystan y a él. Pietro se preparó para recibir cualquier golpe, el pequeño doncel siempre decidía golpear su hombro o estomago para detenerlo. Desde que Drystan había accedido a entrenarlos como si fueran guardianes, sus amos se lo habían tomado demasiado enserio. Lo único que esperaba es que no usaran ninguna de las técnicas que le enseño su compañero, no se veía capaz de golpear a Nolan y mucho menos a Lennox.
-Señores, estoy entrando soy... - Pietro se quedó en silencio cuando le golpearon en la cabeza.
-Ahora, Lennox, ahora... - gritaba Nolan. – Ataca, corre, ataca es el enemigo.
-Señorito, no es lo... - Lennox seguía golpeándolo con la vara del baño, decidido a acabar con él. – Señor, soy yo, deténgase.
-No le hagas caso, Lennox, es el enemigo... - Pietro buscaba a Nolan asustado, no lograba verlo. – Deprisa, Lennox, es...
-Señorito... - grito preocupado, Lennox se detuvo confundido al reconocer la voz, el duque mantenía sus ojos cerrados por si acaso. – Al fin, señor ¿Qué hace con eso en sus manos? ¿Dónde está el pequeño doncel?
Nolan salió de la bañera, Lennox lo había cubierto con su chaqueta y la cortina, el pequeño doncel tan solo se atrevió a asomar un poco su cabeza, para asegurarse de que no corría peligro. Mientras el duque se aguantaba la risa, no volvería a creerse las historias de Nolan tan fácilmente, ese pequeño doncel lo había asustado con aquella leyenda.
-¿Pietro? – el guardián asintió mientras se arreglaba el cabello. – Lennox ¿Por qué has atacado a Pietro? Él no es el enemigo ¿verdad?
-Dijiste que era el monstruo de la leyenda y tenía que golpearlo para que podemos escapar. – Nolan aparto la mirada, fingiendo ignorancia. – Pietro ¿te encuentras bien?
-Sí, señor. Solo venía a avisaron de que no se escucha nada en el pasillo, creo que se ha ido. – el duque se arregló el traje algo avergonzado. - ¿De que estaban hablando?
-De la leyenda de Phoenix, papá me la contaba para que me fuera a dormir temprano. – Nolan miraba con algo de burla al duque. – Un monstruo terrible venía a por ti haciéndose pasar por alguien al que aprecias y te comía.
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¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...