CAPITULO 70

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Nolan se encontraba recostado en las piernas de Evangeline, ella se había encargado de calmado a medida que pasaba el tiempo, los ancianos habían dado luz verde para el empezar el tratamiento del doncel, después de celebrar el funeral de Zayer, junto a los otros guardianes de palacio. Por primera vez desde el mandato de Lennox, habían permitido que las familias de los guardianes visitaran el palacio para recibir las cenizas de sus hijos.

No se podía escuchar más allá de los lamentos de las madres llorando a sus hijos, mientras que sus padres intentaban mantenerse firmes. Nadie hablo de lo que paso en Borsir, ni porque murieron tantos hombres en un mismo día, tampoco se dio indicios de que Zayer había sido quien habría acabado con sus vidas.

-Debemos arriesgar a algunos hombres para poder conseguir la venganza. – las palabras de Edlynne dejaron helado a Lennox. – Es necesario.

No hubo explicaciones, tan solo unas pocas palabras de consuelo, Lennox se sentía profundamente débil ante las miradas de aquellas familias. No sabía cómo decirles que había sido su propia madre quien había planeado esos asesinatos para saber si Zayer era un guardián lo suficientemente bueno para permanecer en la familia y que sus hijos, por desgraciado tuvieron que morir en sus manos.

Los ancianos no reclamaron nada, ni tampoco lamentaron sus muertes. El propio Zuko admitió que no sentía pena por aquellos hombres que habían muerto, aunque hubo un momento en los que él mismo los entreno.

-Hubieran vivido si fueran más fuertes, unos hombres como ellos no se merecen portar el emblema de Edevane. – a Pietro le hirvió la sangre. - ¿Qué le vamos a hacer? Hay más hombres.

Desde aquel momento y contradiciendo todo lo que le había dicho su madre, Lennox decidió unir a Evangeline y Nolan en una misma habitación. Sabía que Drystan y Pietro habían sobrevivido de alguna manera a aquella droga, así que no tenía que preocuparse por nada. Le prohibió a Edlynne volver a utilizarla con alguno de sus hombres.

-Todo va a salir bien, Nolan. – lo animaba Evangeline, controlándose sus lágrimas. – Estamos a tu lado.

Habían estado preparando el cuerpo de Nolan esas últimas semanas, Lennox le pidió que siguiera las órdenes de los ancianos para no molestarlos, Edlynne le pidió que aceptará cada una de las palabras de Katara y Zuko, mientras ella no se encontraba en Edevane, ya que Layton había pedido volver a Borsir.

-Podrás soportarlo, eres fuerte... - Nolan sentía nauseas. – Estaremos a tu lado.

-Señorita Evan ¿Es necesario? – quería negar con la cabeza, per había notado a su madre y hermano muy extraños esos días, así que asintió. - ¿Por qué? Los donceles podemos tener hijos sin usar esas técnicas.

-Los ancianos así lo desean, tan solo serán unas semanas, después todo volverá a la normalidad.

No le habían preguntado si estaba a favor, ni siquiera le dieron la opción de elegir si quería hacerlo o no en aquel momento. Lennox no se había dignado a verlo desde su llegada, le pidió a Pietro que le dijera que debía someterse al tratamiento, sin dar ni una sola razón de porque lo quería.

Nolan había perdido el apetito, pero se veía forzado a comer por las doncellas, si no lo hacía tenían el deber de comunicárselo a los ancianos. No iba a permitir que castigar a los guardianes, así que siguió comiendo con normalidad para no levantar sospechas. Evangeline se sentía desesperada al no poder hacer nada, las órdenes de su hermano habían sido claras, ella debía permanecer en silencio.

Pietro y Drystan los cuidaban por turnos, debían informar cada cierto tiempo a Lennox del estado del doncel sin que los ancianos se enteraran. Aunque casi siempre eran las mismas palabras, Nolan no tenía fuerzas ni siquiera para enfadarse más con él.

¡Maldito, pequeño doncel!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora