Pasaron dos semanas desde el inicio del tratamiento, Nolan se sentía agotado todo el tiempo. Había aprendido a controlar un poco el dolor, aunque cuando recibía la inyección era insoportable, Pietro preparaba unos minutos antes la bañera para calmar la fiebre.
Lennox se mantuvo al margen, preguntado sobre el estado del doncel a Pietro cada vez que tenía la oportunidad, los ancianos le habían pedido que no se acerque a su esposo en ningún momento, ya que entorpecería el tratamiento.
Evangeline visitaba a Nolan a menudo, después de sus clases, Drystan ayudaba a Pietro a menudo, ambos se movían como si fuera la sombra del doncel cuando estaban juntos. Sin hacer apenas ruido comprobaban su estado.
-Lo estás haciendo muy bien. – le animo Evangeline con un poco de amargura. – Queda muy poco, pronto terminara.
Nolan solo asintió y dejó que acariciara su cabello, podía sentir como Simba lo protegía pegado a su espalda, sonreía cada vez que le gruñía a alguno de los guardianes por acercarse demasiado. Pietro no lo quiso contar, pero Simba atacó en varias ocasiones al doctor Wilhmer, por eso debía permanecer fuera cuando este llegaba.
Simba agachaba la cabeza y aplastaba sus orejas cuando veía que se acercaban los ancianos a la habitación de Nolan, siempre iban a comprobar que el doncel estaba tomando las medidas necesarias y nadie les engañaba.
Katara se sentaba en el sillón, mientras Zuko apoyaba sus brazos cerca de ella. No decían nada, Nolan los ignoraba pasivamente cuando escuchaba que abrían la puerta, fingiendo estar durmiendo. Aunque muy pocas veces se libraba de las preguntas, los ancianos reclamaban su ausencia en sus clases, Pietro respondía por él.
-El señorito no se encuentra en condiciones de presentarse a las clases. – les contestaba con seriedad. – El tratamiento consume toda su energía.
-Entonces ¿Por qué permitís que la señorita Evangeline lo visite todos los días? – Nolan suspiro molesto. – Si vuestro amo se encuentra enfermó, no deberías permitir las visitas molestas.
-La señorita Evangeline ayuda al señorito. – Pietro reprimió una mueca de disgusto ante el gesto de Katara. – El duque pidió que se mantuvieran juntos.
-No es necesario que estén en la misma habitación, si el doncel está en condiciones de recibir a alguien, también lo está para presentarse a sus clases, es su obligación como esposo y doncel del duque. – cruzó sus brazos sobre el pecho. – Creemos que el doncel solo finge sus dolencias para crear preocupación innecesaria.
Pietro se mordió la mejilla interior para no responde, el sabor a sangre le hacía permanecer serio ante aquellos molestos ancianos. Nolan permanecía acostado, a la espera del doctor, quería que llegue lo más pronto posible para que se fueran de allí.
-Mañana queremos que vayas a tus clases, han faltado por demasiados días. – el guardián observo al doncel de reojo. – Sabemos que nos estás escuchando, pequeño doncel, si faltas a otra clase más, nos veremos obligados a adoptar medidas extremas.
Katara dirigió su mirada hacía Pietro, mientras Zuko asentía levemente a la preposición de su hermana, le era de esperar que ella le pidiera algo como eso. Zuko sonrió bajo la tela al imaginarse el castigo, el doncel no podría impedirlo, ni siquiera el propio Lennox.
-Pequeño doncel, si faltas a una clase más, su guardián sufrirá en sus propias carnes vuestro castigo.
Nolan se tensó al escucharlo, estaba seguro de que no podían castigar a Pietro si él no lo permitía, pero Katara hablaba sin una pizca de burla en su voz. Pietro le pidió que no se preocupe, mientras la anciana repetía que debido a las faltas, el castigo podría alargarse por varias horas.
Se quedaron en silencio cuando el doctor entro, Nolan cerró los ojos con fuerza intentado no pensar en la amenaza de Katara, no sabía lo que podía significar aquel castigo. Apretó los labios con fuerza al empezar a sentir el ardor de la aguja, no gritaba, no quería darles a esos ancianos la satisfacción de oírlo.
Siempre esperaba a que se fueran para pedirle ayuda a Pietro, el guardián le ponía un trapo frio sobre el vientre para calmar el dolor y que no se hinchará, mientras le daba indicaciones de cómo debía respirar. Esa técnica lo ayudaba de cierto modo a no sentirse tan abrumado. Nolan dejaba que las lágrimas cayeran sobre sus mejillas sin hacer ruido, esperando a que Simba entre para poder abrazarlo.
-Señorito, no se preocupe por nada. – le susurraba Pietro con una pequeña sonrisa en su rostro. – Estoy a tu lado.
Evangeline y Drystan llegaron unos minutos después, Drystan ayudaba a Pietro para poder llevar a Nolan evitando que sufriera demasiado, el doncel apoyaba su cabeza sobre el hombro de Pietro mientras Drystan comprobaba la temperatura del agua, quería que estuviera templada, sin llegar a estar fría del todo. Al desvestirlo Pietro evitaba mirar los pinchazos en el vientre de Nolan.
-Ya está todo listo, pequeño doncel.
Nolan le dedicaba una pequeña sonrisa, Drystan podía sentir la tristeza del doncel y la de su compañero. Pietro seguía las indicaciones de Lennox, aunque su mente le pidiera que no lo hiciera.
El doncel tembló al sentir el agua sobre sus pies, pero no dijo nada, Pietro iba con sumo cuidado, procurando no tropezar, Drystan aguantaba la almohada donde apoyaba la cabeza Nolan y dejaba que le hicieran algunos masajes.
-Mi señor ¿necesita algo? – negó con la cabeza. - ¿Tiene hambre?
Se podía nota el peso que había perdido en aquellos días, apenas podía comer durante el día, sin que su estómago no rugiera de dolor. Pietro lo mantenía hidratado, y aunque el doncel no quisiera lo obligaba a comer al menos un poco durante el día. Nolan siempre se negaba, inventándose mil excusas, así que el guardián esperaba que Evangeline llegara, el doncel accedía ante la amenaza de su hermana de llevarse a Simba con ella si no comía.
-Duele más que la última vez. – se quejó apoyando su mano sobre el vientre. – Duele mucho, Pietro. – se quejó. – Ayúdame, por favor.
Drystan salió del baño cuando Nolan empezó a llorar, el doncel siempre le pedía a Pietro que se quedará con él y lo ayudará a calmarlo un poco. El guardián masajeaba su vientre con cuidado, mientras Nolan se dormía.
Cuando salían, ya tenían preparado su cama, Simba ya se acostaba en su lado, y Evangeline mostraba el libro que tenía preparado para leerle. Pietro dejaba con delicadeza a Nolan sobre su cama y lo cubría.
En aquella ocasión le pidió a Drystan que lo siguiera, para que Evangeline no le escuchará, ella era capaz de contárselo a Nolan cuando despertara.
-Quiero que mañana te quedes a su lado, hasta que yo vuelva. – Drystan asintió. – No voy a dejar que el señorito vaya a clase en ese estado.
-¿Estás seguro? – Pietro asintió. – Puede ser peligroso, escuche que la anciana te amenazó.
-Podré soportarlo, pero no le digas nada al señorito. – Drystan suspiro con tristeza. – No puedo confiar en nadie más que en vosotros.
-Deberíamos avisar al duque.
-No podría hacer nada en está ocasión, él no tiene ni idea de las faltas del señorito a sus clases.
------------
Pietro está preparado para recibir el castigo de Nolan.
Espero que os haya gustado :)
Voten y comenten 🥰💕🥰💕🥰💕🥰
ESTÁS LEYENDO
¡Maldito, pequeño doncel!
RomanceUn doncel debe ser respetuoso, callado y delicado. Esa explicación no convence demasiado a Nolan. Cuando escucho que debía de ser sumiso hacía su prometido, empezó a reír. Y la guinda del pastel fue que tenía terminalmente prohíbo subirse a los árbo...