La pequeña pelinegra de ojos azules recorría el Callejón Diagon completamente sola, era la primera vez que lo hacía.
No era sorpresa que estuviese abarrotado de magos y brujas, era temporada de escolar, la mayoría estaría comprando los útiles para este período escolar.
Las personas parecían murmurar sobre ella al reconocerla, y la pelinegra solo trató de ignorarlas para seguir su camino, ya estaba bastante acostumbrada a eso, después de todo, era la hija del mejor jugador de Quidditch.
Su padre era una celebridad en el mundo mágico, algo así como Tom Cruise o Cristiano Ronaldo para los muggles; y seguramente gracias al diario El Profeta, –que sacaba una columna nueva cada semana de su padre– ella nunca tuvo una vida más tranquila, al menos cuando su padre estaba con ella.
Ahora entendía porqué no quizo acompañarla a comprar los libros este año.
—Pero que ven mis ojos, la pequeña Miki en persona—dice alguien detras de ella y no pudo evitar saltar del susto—Uh, lo siento niña, no quería asustarte
Cuando la de ojos azules se gira para encarar a la persona que casi le provoca un paro cardíaco, no puede evitar sonreír al reconocerlo.
—¡Hagrid!—Saluda con entusiasmo, y el grandullón sonríe de la misma manera.
De todos los Slytherin, ella era de las pocas que le agradaba.
¡Y él amaba a todos!
—¡Es bueno verte!—Confiesa la niña, caminando hacia atrás de espaldas para lograr verle la cara a su gigante amigo—¿Qué es eso?—señala curiosa la hoja que tenía Hagrid en su gigante mano.
—Oh, no se te escapa nada—rie y dobla la hoja para guardarla en el bolsillo—Estaba verificando que me hacía falta, debo ir al Callejón Knockturn a comprar repelente para las babosas carnívoras, están destruyendo todas las coles.
—¡Qué pesadilla!—dice la niña, tocándose el punte de su nariz—Espera, ¿Knockturn? ¿Puedo ir contigo?
Hagrid levanta una ceja y mira a la pequeña.
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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potter
Fanfiction-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba. Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...