04 | miedo a las alturas

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Los tres niños continúan con su largo viejo, y como era de esperarse, más tarde que temprano, Ron accedió a darle el control del auto a Miki, con la única condición que si la de ojos azules se estrellaba y los mataba, él la molestaría por toda la ...

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Los tres niños continúan con su largo viejo, y como era de esperarse, más tarde que temprano, Ron accedió a darle el control del auto a Miki, con la única condición que si la de ojos azules se estrellaba y los mataba, él la molestaría por toda la eternidad.

Como si fuese él, fue lo primero que pensó, además, ella era una piloto de carreras, no por nada se veía formula uno, lo admitía, quizás en su otra vida fue una muggle viviendo en un edificio con gatos y sin esposo.

Buena vida.

¿Quién necesitaba a un hombre?, además de su padre por supuesto, y ahora sus amigos, pero fuera de eso, no quería nada romántico, era joven y de solo pensarlo le daba asco.

—Es hermoso, ¿no crees?—Dice Miki con una sonrisa hacia Harry, que se había mantenido callado desde que Ron se quedó dormido abrazando la jaula de Hedwig en la parte trasera del auto.

—¿Ron?—pregunta burlonamente y la de pecas rueda sus ojos, ¿Por qué hablaría del chico Weasley?

—No, el cielo digo... ¿alguna vez haz estado tan alto?

Harry lo piensa, y llega a la conclusión que no, en su primer año volar con su escoba no se comparaba a eso, y la primera vez que Ron lo rescató de sus tíos, tampoco volaron tan alto.

—Creo que no... pero tienes razón, es lindo—Dice mirando la ventana, Harry se consideraba bastante tímido antes de tener confianza con alguien, pero con la pelinegra todo era más difícil.

Tenía miedo de decir algo que le desagradara, y eso lo hacía pensar más.

—No me gustan las alturas—murmura Harry después de un gran silencio, y Miki abre sus ojos para mirarlo por unos segundos antes de volver la vista al camino

—Bromeas... te he visto jugar el año pasado, pareciese que fueses otra persona sobre esa escoba, Harry—comenta la de pecas sinceramente, ella deseaba tener esa habilidad, pero simplemente no la había heredado.

Era raro porque su padre vivía, existía y lloraba por el Quidditch, a eso que también era el mejor jugar de todos los tiempos a nivel profesional; pero ella no lo sentía igual.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora