-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—"No era necesario que dijera algo más porque en los visibles ojos de cristalizados de Harry Potter, pude leer lo que quiso decir, no quería perder a su adorada Miki Koshky, ¿Acaso este sería el fin de su amor juvenil?"—Lee la castaña en voz alta y con enojo.
Miki suelta un bufido furiosa, había leído el estúpido artículo de Rita Skeeter y no pudo evitar sentir más odio y enojo, la había puesto como una frágil y tonta enamorada que necesitaba protección, y que a pesar de ser las mas difícil en entrevistar, era una niña con miedo a perder no solo el Torneo, si no que a su verdadero amor.
¡La había humillado!
Ella era más que un "amorío" del increíble Harry Potter.
—La detesto, Hermione... debiste ver como trataba de coquetear con Harry—Se queja de brazos cruzados, sentándose por fin en la silla—No la soporto, y va a darle cobertura a todo el Torneo
—Créeme que yo también, con tan solo leer lo que escribe... es simplemente intolerable—Hermione hace un gesto de desagrado y camina hacia el escritorio para dejar el periódico—Ya deberían estar aquí.
Miki mira a su amiga caminar de un lado a otro, llevaban media ahora en el salón vacío de adivinación para la reunión que la Gryffindor había convocado, la de pecas seguía sin saber cual era la brillante idea de su amiga para detener el abuso contra los elfos domésticos, pero de todas formas la ayudaría.
—¿Le dijiste a alguien más que nosotros?—pregunta la Slytherin jugando con un mechón de su oscuro cabello
—Si, le dije a los de Gryffindor, creí que se iban a aparecer... pero ni Ron o Harry están aquí
—Probablemente es porque Ron sigue molesto y Harry también porque Weasley lo está... no soportan estar aún en una misma habitación
—Ah, hombres—murmura fastidiada, ya estaba hartándose de ese par, parecía una lechuza estás últimas semanas
De pronto, cuando la puerta se abrió, Hermione da un salto emocionada, pero frunce el ceño cuando no ve a nadie.
—Señorita aquí abajo, Dobby ha venido por Miki Koshky, Dobby quiere ser parte del equipo—La castaña abre sus ojos asustada cuando ve a un pequeño elfo sonreírle amigablemente, por fin conocía a Dobby.