-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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En el Gran Salón se encontraban los estudiantes de las cuatro casa, pero no solo de segundo año, sino de otros grados estaban reunidos al rededor de una larga mesa color azul con estampado de los diferentes ciclos lunares.
Miki, que se mantenía en el área de Slytherin, podía ver de lejos como Harry la miraba sin disimulo alguno, después de hace una semana cuando fue a visitarlo y entregarle la pulsera echa a mano, su relación amistosa había mejorado.
Le alegraba saber que finalmente él confiaba en ella, se sentía segura al saber que había encontrado amigos verdaderos.
—Júntense a mi alrededor, ¿me pueden ver todos?—A la distancia, los dos niños se miran con una risa cuando notan a Lockhart subir a la mesa con una capa aterciopelada—¿Me pueden oír todos?
Silencio.
—Excelente—dice con una sonrisa, pasando de un lado a otro como si fuese una pasarela—Debido a los oscuros eventos de las semana recientes... el profesor Dumbledore me ha pedido iniciar un club de duelos para entrenarlos a todos en caso de que necesiten defenderse un dia, como yo le he hecho en incontables ocasiones—Alega con egocentrismo y Miki rie por lo bajo, seguramente—Si quieren más detalles, consulten mis obras publicadas.
Lockhart se quita la túnica de terciopelo para tirarla a un lado, cayendo en un grupo de chicas que se pelean por unos minutos por ella.
Miki solo rueda sus ojos, ¿cómo era posible que les gustara ese fanfarrón?
—Permítanme presentarles a mi ayudante... ¡El profesor Snape!—señala galante hacia el otro extremo de la mesa, el jefe de casa de Slytherin hace aparición y sube a la mesa bajo la atenta mirada de todos los estudiantes presentes—Él ha accedido a ayudarme con una demostración ... no se preocupen, todavía tendrán a su maestro de Pociones al acabar. No teman
—Cinco galeones a que Snape le patea el trasero—susurra la de pecas hacia uno de sus compañeros de Slytherin, quién asiente con una sonrisa antes de darle la mano—es un trato, Sebastian.
Al acabar su discurso, Snape y Lockhart caminan para quedar frente a frente y saludarse antes de comenzar el duelo.
