-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—¡Cuida a la salvaje de tu amiga, Koshky!—se queja Goyle, corriendo junto a Draco en dirección a la enfermería.
¿Acaso se había perdido algo realmente emocionante?
Sabía que estaba llegando tarde, pero no encontraba otra vestimenta mejor que poner para la huelga que harían los cuatro en casa de Hagrid para evitar que Buckbeak fuese sacrificado.
Si El Profeta iba a tomarles foto, Miki quería que capturaran su mejor lado, como siempre lo hacían aunque; no les daría el crédito, ella era perfecta, era inevitable no capturar su mejor lado así.
Rápidamente Miki sale del castillo para comenzar a bajar las numerosas escaleras en dirección a la choza de su barbudo amigo; al bajar, lo primero que notó fue a Buckbeak encadenado comiendo los hurones muertos que seguramente Hagrid le había dado como último banquete.
Pero estaba segura que no sería así.
—¡Miki, adelante!—Pide Hagrid con una leve sonrisa, era un momento triste, pero que sus cuatro amigos estuviesen ahí lo reconfortaba antes del desastre—Mira a quién encontramos
—La rata de Ron apareció—Murmura la de pecas con recelo, había algo en ese roedor que no le agradaba, por alguna extraña razón sentía que aquel animal la observaba siempre que podía.
—Sabes que se llama Scabbers, Miki—Se queja Ron; acariciando el pequeño lomo de su mascota
—Si, lo sabemos pero creo que aún debes una disculpa, Weasley—Interrumpe Hermione hacia su amigo, y Harry le sonríe a Miki cuando esta se coloca junto a él.
Debía admitir que se veía muy linda hoy, el vestido negro junto a la chaqueta amarilla resaltaban su hermosa piel e hipnotizantes ojos color azul marino, pero si era sincero, quizás ya empezaba a verla de otra manera.
—¡Me refería a mi!—grita Hermione molesta pero un extraño ruido los interrumpe, y de pronto, el jarrón que se encontraba en la mesa explota, provocando que la tierra en el se derrame
—¿Qué fue eso?—pregunta Hagrid confundido, pero antes que alguno pudiese decir algo, la queja de Harry los interrumpe
—¿Estás bien?—pregunta la de pecas preocupada a su amigo cuando este se toca la cabeza.
