Miki reía ante los torpes pasos que estaba dando, queria confiar en que Harry no la dejaría caer pero seguramente era inevitable que eventualmente lo hiciera.
Sus ojos estaban vendados.
—¿y si me caigo?—preguntó de nuevo cuando su pies tambaleó en un pequeño escalón, o al menos eso pudo presentir.
—Nunca te dejaría caer—Respondió Harry pronunciando cada palabra con seguridad
La de pecas hizo una puchero, no podía creer que seguía sin pedirle ser su novia, llevaba siendo tan tierno y atento con ella que seguramente ella terminaría pidiéndoselo primero.
—¿Ya llegamos?—Preguntó por segunda vez cuando siente como las manos del chico dejan de sostener su hombro y brazo
—No se cómo lo haces pero... cada día haces que el quidditch sea lo último que piense cuando estoy contigo—Soltó de un momento a otro, y el corazón de Miki comienza a palpitar más rápido cuando cuando siente una caricia en su cabello de forma suave.
—Eso es lo más lindo que me has dicho hoy, Hazzy—habló con un bajo tono, estaba conmovida, quería besarlo o darle un abrazo, no importaba, quería hacerle saber que lo amaba.
Justo como lo hizo en el baile de navidad.
—Voy a quitarte la venda—Pronuncia el de lentes, y la chica siente una cálida respiración cerca de su oreja.
Una nerviosa Miki traga saliva cuando escucha una puerta abrirse antes de que la venda finalmente salga de sus ojos para que su campo de visión sea más claro.
—Harry...—soltó la de pecas con la mano izquierda cubriendo su boca ante lo que veía frente a ella—Esto es...—Trata de decirle, pero no encontraba palabra alguna para describir lo veía.
Potter sonrío tomándola de la cintura para acercarla a él y apreciar junto a ella lo que había hecho con la ayuda de Hermione en la cabaña de Hagrid.
Todo lucía tan, perfecto, habían velas colgándolo del techo y algunas en los muebles de madera, una manta en el suelo con almohadas, y una pequeña mesa delicadamente decorada con un camino de pétalos de lilies rosas que conducían a la misma.
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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potter
Fanfiction-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba. Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...