27 | lucian bole

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Las dos mejores amigas reían ante un chiste que les había dicho Seamus antes de salir corriendo para perseguir a Dean cuando este lo golpeó en la cabeza

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Las dos mejores amigas reían ante un chiste que les había dicho Seamus antes de salir corriendo para perseguir a Dean cuando este lo golpeó en la cabeza.

—Leí tu última carta y tienes mucho que contarme—Susurro la de cabello castaño hacia su amiga cuando ven a Harry y Ron llegar detrás de ellas y comenzar a buscar algún compartimiento vacío.

Miki solo rueda sus ojos y siente un calor en sus mejillas cuando Harry le quita la pequeña maleta que estaca cargando en su mano, por supuesto, su amigo era un total caballero, algo impresionante teniendo en cuenta que había vivido con aquella horrorosa y desagradable familia muggle.

Sin embargo, por muy caballeroso que fuese, Hermione Granger sabía que Harry no solo la ayudaba porque era su amiga, lo hacía por algo más, e intuyendo todo lo que Miki le había contado en sus cartas.

Quizás Harry estaba buscando una forma de ganarse el corazón de la Slytherin, incluso si ella estaba ciega para saber que su amigo sentía lo mismo.

—No puedo creer que casi te dejo, Scabbers—besa el pelirrojo la pequeña cabeza de su rata y Miki solo hace una mueca.

Ella no podía creer que aquella vieja rata siguiese viva, no la odiaba, pero había algo que no hacía que le simpatizara, sobre todo cuando muchas veces sentía como Scabbers la veía.

Pero ella era paranoica, quizás se estaba imaginando cosas, después de todo ¿qué le podría hacer un pequeño e indefenso animalito?

—¡Brillante!—Expresa Ron, recordando lo que su amigo les había dicho sobre el globo flotante de la tia Marge

—¿Es enserio? ¡No es gracioso! Tuvo suerte que no lo expulsaran—Sisea Hermione hacia el pelirrojo, que solo bufa.

—Tuve suerte que no me arrestaran—confiesa Harry, recordando como Charles y Fudge lo ayudaron para que eso pasara desapercibido.

—De todas formas, debieron verlo, fue simplemente brillante—elogia Miki con una risa, cada vez que recordaba la escena en casa de los Dursley no podía evitar sentir felicidad.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora