Miki jamás había corrido tanto en su vida con en ese momento, su corazón bombeaba agitado debido al esfuerzo físico pero al mismo tiempo ante la sensación de saber que Harry podría estar en el castillo
Expuesto al peligro.
Temerosa extendió una mano para abrir una de las puertas del Gran Salón y al hacerlo como era evitando, todas las miradas de los estudiantes en filas y columnas recayeron en ella con miedo, odio y sorpresa.
Miki bajó su cabeza avergonzada cuando junto a la entrada se encontró al profesor de pociones, Horace Slughorn, seguramente llevaba pensando todo ese tiempo que era igual a Tom Riddle.
Lo cierto era que si, no solo traicionó su confianza, sino que hizo exactamente lo mismo que una vez le hizo su abuelo.
Era un monstruo, pensó de su misma Miki, lo único que la reconfortaba era saber que cuando terminara todo, pagaría por cada una de las cosas que hizo en el régimen de Lord Voldemort.
Severus Snape soltó un bajo gruñido al ver como la pelinegra caminaba por el medio para llegar a su lado en silencio, había interrumpido su discurso.
—¿Él?—Susurró con miedo hacia el hombre que se encogió de hombros para dirigirse hacia los estudiantes una vez más.
Sobre la voz de Snape, Miki trató de buscar entre los estudiantes señal alguna de Harry, pero sus esperanzas se fueron cuando no fue así; por el contrario, se encontró con la emocionada y pasiva mirada de sus amigos de Slytherin, quienes todo ese tiempo se había negado preguntado si Miki o Draco estaban bien después de dejar de recibir correspondencia por parte de ellos.
Blaise Zabini buscó la mano Pansy para entrelazarla al ver como esta soltaba un grito emocionada al ver a Miki frente ha ella, él también lo estaba, así como estaba seguro que Theo también.
—Retomo lo que dije antes que la señorita Black nos interrumpiera—Manifestó el hombre dando un paso adelante—Cualquiera que haya tenido conocimiento sobre la presencia de Potter, y no lo haya reportado, será considerado igualmente culpable.
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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potter
Hayran Kurgu-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba. Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...