-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Severus Snape levantó una ceja cuando la joven slytherin terminó de colocar el último caldero en la mesa.
—Me sorprende que a pesar de todo, aún sigas viniendo a ayudarme en lugar de aprovechar tu hora libre—Habló pasando una leve mirada por el pergamino que contenía parte de su material de clase.
Miki sonrió inocente.
—Porque no tienes clases... ¿verdad?—Cuestionó de brazos cruzados tratando de descifrar la mirada en ella.
La Slytherin había aparecido a primera hora de la mañana para ayudarlo a arreglar el salón cuando los estudiantes de segundo año llegaran en una hora.
Al principio las intenciones de la Black habían sido hablar únicamente sobre el Voldemort, necesitaba noticias de él, saber que sus padres no corrían más peligro.
Pero, después solo se ocupó ayudando al hombre, y puede que le haya mentido al decirle que la cara de sapo del Ministerio les había cancelado la clase.
—¡Miki!—regaño su jefe de casa con los brazos cruzados—¡Ve a clases ahora mismo!
—Pero señor, estoy en protesta por la cara de... por la profesora Umbrigde, no acepto que la hayan elegido para que nos enseñe ¡es maldad! ¡Maldad pura!
Severus Snape no podía estar en desacuerdo sobre eso, pero no quería más problemas, así como tampoco los deseaba para la pequeña hija de sus vivos amigos.
—Me mentiste... y lo creí, ahora arregla eso y ve a clases, o voy a tener que castigarte—Miki se encogió de hombros, no sonaba tan mal,después de todo siempre estaba castigada—Le diré a tu madre.
Eso fue suficiente para que la chica reaccionara, no quería que le gritara, su madre le daba miedo, aunque no era la única Black que se atemorizaba ante ella.
Sirius y su padre también lo hacían.
—¡Ahora!
—Si señor
La pelinegra fingió correr antes de salir del salón de pociones, este año no le importaba esa clase, solo podía repetirse lo mucho que odiaba a esa mujer, ella fue una de las que protestó ante la decisión unánime de su juicio.