-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Miki se removió nerviosa cuando una pesadilla invade sus sueños y agitada abre sus ojos con miedo para mirar a la cuna de Sirius, que dormía placenteramente, por inercia la de pecas sonrió para levantarse de la cama y caminar hacia su hijo.
Le agradecería a Snape luego al decirle que la segunda poción de recuperación funcionó, se sentía como nueva a pesar de haber dado a luz hace unas horas, pero al mismo tiempo se quejaría con Snape por agregarle algo para dormirla.
Aunque lo comprendía, ella más que nadie sabía que de no haber hecho eso, estaría alterada por no saber nada de Harry, justo como comenzaba a hacerlo ahora.
A paso suave y sin hacer mucho ruido, la de pecas sale de la habitación para visualizar frente a ella la pequeña sala de aquella cabaña que le resultaba bastante acogedora, lo que le sorprendió fue ver a su mamá mirando fijamente la chimenea encendida.
—¡Miki, despertaste!—Exclamo en un susurró cuando siente la presencia de su hija—Gracias a Merlin estás como nueva, Bianca me ha ayudado la limpiarte y cambiarte mientras dormías—Aclaró por si su hija se preguntaba como su aspecto era diferente.
—Gracias por todo mamá—Dijo con una sonrisa cuando la mujer de ojos iguales a los suyos se acerca a ella—Sirius está durmiendo, no quería dejarlo solo pero... necesito saber si sabes algo de...
Nadin negó.
—Estará bien, estoy segura... si hubiese muerto, estoy segura que todos lo sabrían, Miki—Indicó, eso logró calmar un poco a la joven, su madre tenía razón, los mortifagos harían un caos por todo el país si Harry hubiese muerto—Es un hermoso nombre, Sirius y Reggie muy estarían orgullosos de ti, mi amor
La de pecas por primera vez se sintió como en casa cuando su madre la abrazó, el cálido y acogedor calor maternal que ella le proporcionó la hizo como una niña pequeña.
—Siento mucho que todo esto esté pasando... no merecen sufrir todo esto—Murmuró tratando de mantenerse fuerte, lo cierto era que sentía que en cualquier momento se rompería.
No soportaba ver como su hija sacrificaba tanto por ella, estaba arruinando su vida, quería ayudarla pero debía ser obediente, se lo había jurado a Dumbledore, si esa era la única forma de acabar con todo y garantizar que Miki y Sirius tendrían un final feliz, debía esperar.