-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—Aléjate de mi, Potter—bufó la chica apresurando su paso para perderlo.
Desde que habían salido de la oficina de Dumbledore cuando terminaron de ver el recuerdo sobre Tom Riddle y decirles que debían ganarse la confianza de Horance Slughorn; Harry no dejaba de seguirla como un estúpido acosador.
Sí seguía así iba a lastimarlo, era lo único que pensaba frustrada al sabes que aún le faltaba ir hasta el otro extremo de castillo para ir a la mazmorra.
—¡Potter! ¿No tienes algo mejor que hacer? Enserio no quiero verte, ¿por qué te esfuerzas en que te golpee?—Cuestionó enojada cuando el chico se coloca frente a ella para interrumpirle el paso, estaba siendo muy benevolente con él.
—Tengo que hablar contigo, Miki—expresó una vez más fastidiando más a la de pecas
—¿Sabes Potter? Lo único que escucho es lo que tú quieres, y cada vez que lo hago solo pienso en lo poco que me importa—Sonrió irónicamente antes de seguir su caminata para dejarlo atrás pero una mano la toma por las caderas para levantarla del suelo.
Ante tontos forcejeos, Harry no se inmuto si ella lo estaba golpeando en la espalda despues de cargarla como un costal de papas en sus hombros, hablarían esta noche, y no aceptaría un solo no.
Ahora el oscuro salón de pociones, Miki bufó cuando Potter fin la libera para bajarla al suelo delicadamente, La tensión entre ellos era palpable, cargada de emociones reprimidas.
