-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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La época de navidad había llegado, con ello, el castigo de Miki terminado debido a que Snape fue piadoso en quitarle una semana extra.
Ahora, llegó el momento de averiguar si Draco Malfoy era verdaderamente el heredero de Slytherin, aunque todos en Hogwarts pensaban que entre Harry y Miki había complicidad sobre el verdadero heredero.
De lejos, la niña de pecas ve a su amiga asentir y sin más, Miki empieza a caminar a la mesa donde se encontraban Goyle, Crabbe y Theo, bajo la atenta mirada del trío de Gryffindor.
—Hola—Saluda amenamente cuando está frente a los niños, quienes se miran entre si confundidos ante la presencia de la pelinegra—¿Están ocupados?
—Si... no—murmura rápidamente Goyle después que Theo lo golpeara en el estómago, era la primera vez después de mucho tiempo que ella les hablaba, les parecía sospechoso, pero lo dejaron pasar.
Sobre todo el chico Nott, quién lucía notablemente feliz al tener oportunidad de hablar con ella sin que sus nuevos amigos de Gryffindor estuviesen cerca, sobre todo Harry Potter.
Más ahora que se esparció el rumor que eran novios.
Theo estaba más que furioso por eso, Goyle y Crabbe lo sabían cuando aprovechó en su furia con un Slytherin que había hablado mal de Koshky.
—¿Podemos ayudarte en algo?—pregunta Theo interesado, Miki le sonríe, justo las palabras que quería escuchar.
—¡Si, estoy vendiendo estos pastelitos en nombre de la causa de Elfos domésticos—Dice, levantando una caja con seis panecillos de chocolate, y los tres parecían interesados
—¿A quién le importan unos estúpidos elfos?—cuestiona con burla Goyle, chocando los cinco con Crabbe
—¿A quién le importa tú estúpida cara, Goyle?—Suelta sin pensar la de pecas, y suspira para calmarse, a ese paso no lograría nada si no se controlaba—Lo siento, soy algo temperamental
—No, solo eres una chica—Suelta nuevamente burlón Goyle, ganándose una mala mirada de Miki, que en otra ocasión se abalanzaría sobre él para lastimarle la cara.
