-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Harry y Miki aún recordaban la primera vez que cruzaron el 9 3⁄4 hace 20 años, y podían decir que era exactamente lo mismo que sentían cuando llevaron a Sirius por primera vez hace tres años.
Había salido del nido, justo como Charles iba a hacerlo en ese preciso instante.
—Grosero—se quejó Lily mirando a su hermano que le acaba de quitar el último regaliz de la bolsa ante de salir corriendo con su carretilla a la pared del andén.
Miki soltó una carcajada al escucharla, no podía comprender por qué a Harry le indignaba saber que todos se parecían a ella en actitud, al menos por ahora.
¿Acaso no era fabuloso?
—Mami, ¿Podemos ir luego a comprar más?—preguntó la pequeña pelirroja mirando con sus hermosos ojos verdes a la pelinegra
—Ya haz comido demasiado dulce, Lily—Decretó la de pecas acomodando a la pequeña Reehin en sus manos, de todos sus hijos, tenía que admitir que ella era la más calmada, quizás si iba a ser como Harry.
Lily suspiro indignada y voltea para ver como su papá y su torpe hermano Charle se acercaban con la carretilla, sonrió hacia su madre para correr hacia el de lentes .
—Papi, papi... ¿Podemos ir a comprar mas regalices después?—Preguntó la pequeña Lily y Harry sonrio con ternura
—Todos los que quieras, mi vida—pequeña e inteligente traidora, pensó Miki indignada para voltear hacia su esposo que tragó saliva para negar—Pero ya haz comido suficiente azúcar por hoy, Lily
Traidor, pensó la pelirroja encogiéndose de hombros para tomar la mano de su padre, el corazón de Harry revoloteo de emoción, la adoraba con toda su vida al igual que a cada uno de sus hijos, pero Lily era la réplica perfecta de su madre, sin duda Severus Snape la amaría.
—¿Estás bien, mi amor?—Preguntó Miki hacia Charles, que asintió inseguro mirando la entrada dudoso.
Los Potter se miran al mismo tiempo, Lily era inteligente, conocía esa mirada, la pequeña de 8 años se soltó de su padre para ir hacia su madre y darle la mano mientras depositaba un casto beso en ella.
Miki hizo una mueca tierna, seguía sin creer como era posible que esos niños fuese las personas más lindas y cariñosas que había visto, tenía que darle méritos a Harry en eso.
—¿Juntos?—preguntó el de lentes colocándole una mano a Charlie en el hombro y el menor asiente.
—Creo que va a perder ese hurron el primer día—Se burló la pelirroja cuando su padre y su hermano desaparecen por la pared—Y que Kreacher va a tener que llevarle otro
—¡Lily!—Regañó la pelinegra para mirar a su pequeña niña—Pero tienes razón—susurró caminando con ella hacia el anden.
Al entrar lo primero que ven es a muchas familias despidiéndose de sus hijos, a lo lejos Olive y Neville hablaban animadamente con su hija Bia, después de la guerra los Gryffindor había decidido que la vida era muy corta para no aprovecharla y solamente se casaron y ese mismo año nació Bia.
