-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día del partido finalmente había llegado, sería el último de la temporada antes del receso de navidad.
Las gradas temblaban con la anticipación del enfrentamiento entre Slytherin y Gryffindor, un partido de Quidditch que prometía ser una epopeya en la historia de Hogwarts.
Las escobas se alineaban en el aire, y los jugadores se preparaban para el duelo, aunque de cierta manera era más personal entre las dos cazadoras de ambas casas.
Ginny tenía un doble propósito para arruinarle la celebración a la estúpida pelinegra, ahora sabía que no solo había tenido el atrevimiento de decir que ellos perderían sino que de invitar a Harry a su fiesta de idiotas.
¿Acaso se podía ser más insufrible que eso?
Al escuchar el silbato, cada uno de los equipos iniciaron sus alineaciones, y en la primera jugada, Miki se elevó con gracia, persiguiendo la Quaffle con destreza, aunque Ginny no iba a dejarse ganar por ella.
En el otro extremo del campo, Harry Potter y Theo Nott, buscadores de sus respectivos equipos, se enzarzaban en su propia lucha.
Ambos buscadores trataban de ver señal alguna Snitch Dorada, tejendo a través de las formaciones y desafiando la gravedad en su búsqueda.
La rivalidad entre ellos traspasaba lo deportivo, ambos lo sabía y por eso Harry quería ganar el duelo, sin importar el resultado de hoy, iba a acabar con Theodore Nott.
En el corazón de la batalla, Goyle y Blaise, los robustos golpeadores de Slytherin, lanzaban Bludgers con precisión mortal. Ron Weasley y sus compañeros de equipo en Gryffindor luchaban valientemente para esquivar las peligrosas esferas de metal.
Cada impacto resonaba en el campo, creando un ritmo frenético en medio de la competencia.
Mientras tanto, en la arena de los cazadores, la tensión entre Miki y Ginny crecía.
Cada movimiento era calculado, cada pase y cada bloqueo marcaban la lucha por la supremacía en el aire.
La chica de pecas esquivó a Ginny y logró un pase impredecible hacia Dorcan que confundió a la defensa de Gryffindor, permitiéndole anotar puntos cruciales.
