-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—No es posible—susurro Peter Pettigrew confundido, el recuerda haber estrangulado a Nadin con sus propias manos, ¿como era posible eso?
Lord Voldemort le sonrió.
—Valentine Rosier ha sido una fiel sirvienta—Agradeció el hombre hacia la adulta, que le hizo una referencia al señor tenebroso—ya habrá tiempo de explicaciones... ahora
—¡No lo toques!—exclamó Harry cuando ve al hombre pasar un pie por la cara de Cedric.
Miki no había tenido tiempo de procesar lo que estaba pasando en ese momento, mucho menos de caer en la realidad que Diggory estaba muerto.
—¡Harry, con esta reunión familiar, casi olvidé que estabas aquí!—dijo burlón, ahora la atención de todos se centra en Harry, que se remueve molesto, lo asesinaría—Parado sobre los huesos de mi padre... el niño que vivió, cómo se ha alimentado tu leyenda de mentiras, Harry ¿Quieres que divulgue cómo perdí realmente mis poderes?
—Por estúpido—soltó sin más Miki, no era buena en esas situaciones, pero si eso la hacía morir más rápido, diría lo que fuese.
Las miradas molestas de los mortifagos caen sobre ella, al igual que de su abuelo; con cara seria, Voldemort hace un gesto para que Charles Koshky acerque a Miki junto a las versiones adultas Regulus y Nadin.
Quizás de esa forma se mantendría callada.
La de pecas trató de soltarse del amare de Charles cuando escuchó y vio a Harry gritar con dolor al sentir como su sangre quemaba cuando Voldemort le colocó una mano en su cicatriz.
—¡Déjalo!
—Increíble lo que pueden hacer unas gotas de tu sangre—susurró emocionado y de pronto, Harry cae al suelo tras ser liberado por el hueso que sostenía la estatua—¡Toma tu varita Potter! ¡Tomala!
