-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—Solo tienes que acariciar el lomo, Longbottom—Indica la rubia con una sonrisa, extendiéndole la mano a Neville para ayudarlo a levantarse del suelo
El de Gryffindor tragó salvia nervioso antes de aceptar el gesto de la chica, nunca había tenido una conversación con ella, al menos no una con más de dos palabras, y ahora ella estaba frente a él, ayudándolo cuando su libro casi lo devora vivo.
—Gra...gr...gracias—dice por fin de manera tímida pensando en que más decirle para que la conversación no muriera, pero era demasiado tarde, Miki solo le había guiñado el ojo antes de seguir su camino.
Neville se golpeo la frente pensando en lo tonto que fue al no ser tan rápido.
—Tranquilo Potter, todos sabemos que eres cobarde—Es lo primero que escucha la de pecas cuando se abre paso entre la multitud que presenciaba a Harry y Draco en silencio.
—Cállate,Malfoy—Se mete Miki, sin saber muy bien lo que defendía, pero eso no le importaba, estaban hablando de Harry, ella lo defendería ante todo
—Oh, Miki Koshky, la defensora del pequeño Harry Potter ha aparecido... ya te estabas tardando, hermosa—Dice con una sonrisa, acercándose a la rubia bajo la atenta mirada de Theo, quién bufa cuando Pansy lo toma de la mano.
Pero no era el único en esa situación; Harry y Ron se miran a la par con el ceño fruncido al escuchar el adjetivo de Malfoy para su amiga, ¿Acaso le estaba coqueteando?
—¿Qué?—suelta la de ojos azules, retrocediendo un poco cuando Draco viola su espacio personal; no era la primera vez que le decía esas cosas raras—¿Sabes que? Me da igual, si te metas con Harry, prometo que vas a perderte el primer partido de la temporada, rata albina—Amenaza la chica, y ninguno de ahí dudaba de sus palabras, pero al parecer, el de Slytherin le atraía jugar con fuego.
—¿Lo prometes?—cuestiona burlonamente, acercándose más a Miki, y por primera vez Draco pudo darse la satisfacción de ver a la de pecas nerviosa por él
—¡Cállate, Malfoy!—Interrumpe Harry, tomando el brazo de su amiga para colocarla detrás de él y sacarla de esa extraña tensión que se había formado.
