Kreacher titubeo preocupado cuando escuchó a su ama comenzar a despertar, no había dormido nada desde que llegaron a la fea casa en la costa, pero no podía esperar mucho de un Weasley.
Con paso apresurado, sube a la cama para mirar como su ama Nadin abría sus ojos poco a poco, quizo llamar a alguien más pero al mismo tiempo no quería dejar sola a su querida ama, porque incluso si Harry Potter intentó liberarlo hace meses cuando fue a buscar resguardo en el Grimmauld, su lealtad seguía con los Black.
—Miki, Sirius—Susurró para levantarse de golpe asustando al viejo elfo de caídas orejas puntiagudas—¿Kreacher? ¡Sirius! ¿Donde esta? ¿Mi hija?—Preguntó preocupada levantándose de la cama sin importarle que aún estaba algo mareada
—Ama Nadin, hay mucho que explicarle... la ama Miki me ha pedido que sacara al amo Sirius de la casa cuando todo se pusiera mal—Explicó con la cabeza gacha, aún no se disculpaba frente a ella—Discúlpeme por todo, ama Nadin... nunca fue mi intención
La de ojos azules asintió, después de todo este tiempo, aprendió a perdonar, aunque le seguía doliendo, el odio o rencor que sentía antes no le devolvería a nadie, solo la amargaría más y ahora, habían muchas cosas por las cual luchar.
—Lo sé—Indicó para que Kreacher levantara su mirada esperanzado—¿Donde está Sirius, Kreacher?
El elfo sonrió levemente antes de tirarse de la cama y caminar en dirección a la puerta, primero le explicaría todo lo que había ocurrido mientras verificaba que su amada ama comise algo.
Nadin niega con Sirius en brazos.
—¡Absolutamente no! ¡Es una mala idea!—Exclamó molesta con Sirius en manos cuando ve a una "Bellatrix" terminando de colocarse las botas negras que Dobby le había conseguido.
Luna se encogió de hombros, tenía razón.
Después que Nadin saliera de la habitación donde llevaba dormida un día y medio, lo primero que hizo fue buscar a su nieto, que para su sorpresa jugaba con Dobby y peluche blanco con forma de búho.
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𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑 - harry potter
Fanfic-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba. Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...