-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Lord Voldemort levantó la manga de su túnica para ver como su piel comenzaba a agrietarse lentamente, Lucius Malfoy y Severus Snape se miraron curiosos, aunque el primero solo estaba asustado por la serpiente que lo observaba como si de un aperitivo se tratase.
—¿Mi señor? ¿No sería menos... —El rubio titubeo antes de acercarse a su maestro con miedo—¿No sería menos prudente cancelar este ataque y que usted buscara a los chicos?
—Yo no necesito buscarlos ¡Antes que acabe la noche, él vendrá a mi! ¿Entiendes? ¡Por eso necesito a Mirkaelha!—Gritó furioso para acercarse amenazantemente provocando que el rubio de un salto—¿Cómo puedes vivir contigo mismo, Lucius? ¡Ve y búscala, ve y busca a mi nieta! ¡Tráemela!—Reiteró furioso y el hombre asintió sin más para salir de ahí rápidamente.
Severus Snape que se mantuvo callado hasta ese momento vio al padre de Draco Malfoy salir prácticamente corriendo del lugar.
—¿Qué ocurre, mi Señor?—Preguntó confundido al notar como el hombre lo miraba con ira, podía jurar que los ojos se habían tornado más rojos.
—La varita...—Siseo levantando la mítica arma de Albus Dumbledore
—Señor, usted ha hecho magia extraordinaria con esa varita y eso solo en las ultimas horas
—¡No!—Interrumpió caminando de un lado a otro—No, yo soy el extraordinario pero la varita se me resiste
—No hay varita más poderosa. El mismísimo Ollivander lo dijo—Recordó el de cabello negro manteniendo su compostura frente a un enojado Voldemort—Esta noche, cuando venga el chico no le fallará. Estoy seguro... la varita le responde a usted, y solo a usted
El hombre sin nariz posó sus fríos y rojos ojos en las oscuras orbes del director de Hogwarts buscando alguna señal de duda.
—¿De verdad?—Sonrió con ironía para caminar lentamente al rededor del hombre hasta colocarse de nuevo frente a él—La varita, ¿De verdad me responde a mi?
Severus Snape evitó tragar saliva cuando sintió como la serpiente pasó cerca de sus pies.
—Eres un hombre listo, Severus, seguramente debes saberlo... ¿En quién deposita su verdadero lealtad?—Cuestionó alejándose de él
