-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—¡Puedo volar una escoba, pero no a Buckbeak!—grita la chica aterrada, aferrándose más a la espalda de Harry cuando el hipogrifo hace una extraño movimiento.
No le gustaba lo que no podía controlar, le aterraba.
—¿Chicos?—pregunta Sirius confundido, viendo como su sobrina y ahijado llegaban a su celda después de aterrizar en un ave gigante
—¡Bombarda!—conjura Miki hacia la cerradura de la puerta, provocando que esta se abra de un solo tirón, o haciendo una 'pequeña' explosión en el pomo de la misma.
—¡Eres una genia, sobrina!—Exclama Sirius, atreviéndose a besar la cabeza de la hija de Nadin—Lo siento
—Gracias...t..tio—agradece la de ojos marinos para evitar hacer sentir incómodo a Sirius, y lo logró porque, esa única palabra hizo que por un segundo sintiera como sus problemas se desvanecieran
—Debemos salir de aquí antes que alguien venga—plantea el de lentes, con una sonrisa.
Nuevamente se encontraban volando por las nubes, esta vez era el turno de Harry de estar aterrado cuando su amiga pilotaba, pero Sirius y ella solo rían y disfrutaban el momento por los aires.
Quizás si eran iguales.
—Voy a quedarme eternamente agradecido por esto, niños—Demuestra Sirius con un cálido y orgulloso tono.
Ahora los cuatro se encontraban en el oscuro patio cerca de la fuente después de haber aterrizado.
—Quiero ir contigo—pide el de Gryffindor hacia Sirius, y la de pecas muerde su labio inferior, ¿acaso ella también quería hacerlo?
Estaba segura que después de hoy, no quería quedarse bajo el mismo techo que Charles Koshky, no cuando iba a confortarlo hasta que le revelara la verdad.
—Algún día—detiene el hombre, mirando a Harry acogedoramente—Durante un tiempo, mi vida será muy impredecible.
Por supuesto, sin la confesión de Peter Pettigrew continúa siendo un prófugo.
