-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Cuando Hermione salió por el mismo agujero debajo de sauce boxeador, que ahora se encontraba tranquilo, pensó que tendría que correr de regreso al castillo para tratar de alcanzarla, para su sorpresa Miki se encontraba sentada en el fresco pasto mirando hacia la nada.
La joven caminó hacia su rubia amiga pensando las palabras para decirle, no era fácil, no después de todo lo que se había destapado esta noche pero, debía estar ahí para ella.
—No sé que decir—suelta por primera vez la de cabello castaño al sentarse junto a su amiga, que solo frunce el ceño para girar su cabeza y reír por su amiga—¡No te burles, Miki!
—Lo siento, Granger—suelta, pero agradecía que le sacara una sonrisa, aunque sea por unos pocos segundos, algo que la hiciera pensar en otra cosa—No tienes por qué hacerlo, todo lo que ocurrió allá... tengo que tener el valor para afrontarlo
Afrontar que sus padres estaban muertos y que las personas que la criaron no compartían ningún vínculo sanguíneo.
Afrontar que, Lord Voldemort, era su familiar.
Su abuelo.
—Miki—susurra la joven para tímidamente buscar la mano de su amiga como señal de apoyo—Se que no soy Harry, pero... no tienes por qué afrontarlo sola, estamos para ti... estoy para ti, no tienes que aparentar ser fuerte, nadie te lo pide...solo tienes 13 años
La de pecas suspiró pesadamente, ya no quería llorar, ni siquiera quería pensar, solo deseaba ir a la Torre de Astronomía para tratar de quitar los sentimientos en ese momento.
Todo lo que creía era mentira, su identidad y su vida, no era una Koshky, ni siquiera pensaba que era una Black, algo dentro de ella le decía que ni su propia vida le pertenecía.
No podía creer que aquel hombre en la Cámara de los Secretos tuviese relatividad a ella, Tom Riddle.
Era imposible decirlo y ahora creerlo.
Lo odiaba; si compartían la misma sangre ¿entonces ella se odiaría a si misma? ¿Sería igual de mala que Lord Voldemort?
—Estoy bien, Hermione—finge una sonrisa hacia su mejor amiga, que solo la analiza en silencio, estaba claro que no estaba bien, lo sabía cuando pensamientos intrusivos acapararon su mente.
