-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Miki saca una pequeña ligita de cabello en el bolsillo de su falda de jean acampanada para lograr amarse el cabello cuando una fuerte ventisca comienza a mover su cabello de forma brusca.
Ahora los tres se encontraban en una piedra a mitad de la nada rodeados de agua con fuertes olas azotando al pie de la piedra.
—Allí—apuntó Dumbledore hacia la entrada entre dos gigantas rocas que se encontraban un poco lejos de ellos.
Odiaba el océano, se dijo Miki mirando al borde de la roca en dirección al agua.
—Este es el lugar—Anunció el adulto cuando entraron a la cueva después de volver a usar la aparición—Este lugar ha conocido la magia
La de pecas miró a su alrededor, no habían más que rocas y humedad, tenía que reconocer que era inteligente esconder el horrocrux en un lugar tan desolado y aislado de todo.
De pronto en su disociación momentánea, Miki siente un tirón en su mano derecha para luego sentir como su palma comienza a arder.
Black gime de dolor.
—¡Señor!—exclamó exaltado el oji verde acercándose preocupado y enojado a ellos para examinar la mano de la chica que miraba como la sangre brotaba de el limpio corte que Dumbledore le hizo.
—¿Por qué?—preguntó la de ojos azules dispuesta a sacar su varita para curarse pero el hombre niega.
—No, para poder pasar uno debe hacer un pago—Explicó cuando la sangre comenzó a salir de su herida—Un pago que debilita a los intrusos
—Debería haberme dejado a mi—Siseo el pálido Potter sacando un pañuelo blanco del bolsillo de su pantalón para hacerle una mordaza a la Slytherin y de esta forma evitar que saliera más sangre de la que necesitaban.
Miki trata de sonreír con algo de dolor, de todas formas, había soportado peores cosas.
—Tú sangre vale más que nuestra—Susurró Dumbledore y la chica se sintió bastante ofendida, seguía sin saber por qué ella y no el anciano—La cueva solo nos dejará pasar si la sangre pertenece a quién la hechizó
