-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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—Es el edificio con más fantasmas de Gran Bretaña, ¿ya mencioné eso?—continúa lanzando Hermione su dato curioso sobre la Casa de los Gritos.
—Dos veces—responde Miki sin mucha importancia para seguir comiendo su barra de chocolate
—¿Quieren acercarse un poco más?—propone Miki con una sonrisa juguetona hacia sus amigos.
—¿A la casa de los gritos?—cuestiona la de Gryffindor, no le parecía buena idea hacerlo.
—La verdad, aquí estoy bien—Responde Ron, no le gustaría entrar a un lugar plagado de fantasmas vengativos.
—Gallina—se queja la de pecas, pero Ron solo le da un leve golpe en la frente—¡Oye!
—Miren quiénes están aquí—Escuchan otra voz cerca de ellos, y al voltear, ven a Draco ir hacia ellos junto a Theo, Blaise y Goyle—¿Están buscando su nueva casa soñada? Tranquila Koshky, tú vivirás conmigo en la mansión Malfoy—Dice con una sonrisa, pero a nadie le pareció gracioso, ni si quiera a sus amigos
—¿Y el chiste?—pregunta con ironía la rubia, cruzándose de brazos sin dejarse intimidar, ya había pasado el partido, Snape no podría amenizarla si lastimaba a Draco
—De todas formas es un poco grandiosa para ti, Weasley ¿no?—dice directamente hacia el pelirrojo con burla—¿Tú familia no duerme en un cuarto?
—¿Acaso tu familia no comparte la misma neurona?—Contra resta la de pecas, dando un paso al frente para encarar a Draco, Theo esconde una sonrisa.
Hermione trata de no reírse al recordar como vio a su amiga darle la cachetada a Draco, habían viajado con el giratiempo por eso, aunque Miki quería impedirlo, no podía.
Incluso si ni ella misma aprobaba que le hubiese seguido el beso a Draco Malfoy.
Pero confiaba en ella y sabía que no diría nada sobre como hacía para llegar a sus clases a tiempo.
—No eres muy amigable, Koskhy—Se quejó el rubio; recordando el golpe que le dio la chica de pecas.
—Cállate la boca, Malfoy—defiende Ron con mala cara, ya estaba perdiendo la paciencia
