-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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Miki movía su pies nerviosamente cuando Charles la miraba en silencio, odiaba la incertidumbre, necesitaba saber quién iba a romper el hielo.
Había accedido a hablar con él después del reto en el lago porque creía que debía afrontar la realidad, la cual era que no quería odiarlo, no quería sentirse mala, no quería ser mala.
—Lo siento...—susurro Miki con la cabeza baja, sorprendiendo a el rubio que comienza a negar para acercarse a la persona que siempre consideraría su hija
—No, no lo digas—pidió arrepentido para tomar las pequeñas g delicadas manos de la pequeña pelinegra frente a él—Nunca te disculpes conmigo, yo fui el que se equivocó... estoy agradecido que aceptaras reunirte conmigo porque solo voy a añadir algo más a lo que me faltó decirte
Miki aprieta sus dientes al notar como su respiración se hacía mas agitada al querer sollozar por la impresión.
—Se que mentirte estuvo mal pero tenía miedo, que me rechazaras como lo hiciste... pero no te sientas mala—Alega cuando reconoce el gesto de su hija—Es lo más racional que lo hicieras, yo también estaría enojado si me entero de algo como eso por otra persona...tenía miedo, pero eso no justifica el daño y dolor que te hice pasar al contarte tantas historias de tu madre como si fuese una extraña
Los claros ojos del hombre chocaron con los de su hija, en ese momento Charles levantó su mano derecha para pasarle una suave y delicada caricia en la rosa mejilla de su hija.
—Me recuerdas tanto a Nadin, Miki... aunque estoy seguro que Sirius ga fe ha dicho tu verdadero nombre
—Anastasia—interrumpe la chica encogiéndose de hombros—aunque me gusta más Miki.
Charles suelta una risa.
—¿Por qué quisiste cuidarme? No me debías nada
El hombre pareció meditar su respuesta, al principio aceptó por la memoria de Nadin pero a la larga; terminó amando a esa pequeña energética niña de ojos azules.
—Porque supe que eras especial desde el primer momento en el que te vi... así como tu madre, eres inteligente y amable, no eres mala como se que piensas; hay esperanza en ti Miki, porque a pesar de todo... sigues de pie
