-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La torre de astronomía se erguía majestuosa contra el cielo estrellado, un lugar mágico donde los secretos del universo se revelaban en cada rincón.
Harry y Miki ascendieron la escalera de caracol que conducía a la cima, sus pasos resonando suavemente en la quietud de la noche.
La luna se asomaba entre las nubes, arrojando un resplandor plateado sobre la plataforma de observación.
Al llegar a la cima, Miki se quedó boquiabierta ante la belleza celestial que se extendía ante ella.
Una manta extendida sobre el suelo, salpicada de cojines decorativos, invitaba a Miki a sentarse y disfrutar del espectáculo celestial. Las velas, estratégicamente colocadas, añadían una luz cálida que bailaba en armonía con las estrellas brillantes en el cielo.
La luz parpadeante de las velas y las linternas creaba sombras danzantes en la torre, contribuyendo a la magia de la ocasión.
En el centro de la manta, un cesto de picnic rebosante de delicias aguardaba. Harry había seleccionado cuidadosamente una variedad de alimentos, desde quesos exquisitos hasta frutas frescas y pequeños pastelitos, selección de chocolates finos y un ramo de regalices rojos que tanto le gustaban a la de pecas.
Harry, observando la admiración en los ojos de Miki, sonrió con complicidad.
—Este lugar... aquí fue la primera vez que tuve una cita—Habló el chico sonriéndole a Miki, que asintió confundida, provocando que Harry frunciera el ceño—Organizaste un picnic para mi cuando no pude ir a Hogsmeade la primera vez
Miki soltó una carcajada.
—Lo sabía, solo estaba probándote, Harry—mintió de manera creíble, lo cierto era que no tenía noción de eso, ya tenía otro recuerdo que ver—Me encanta cuando te enojas
—No estoy enojado—susurró sonrojado cuando Miki lo observa burlonamente—Solo acabas de arruinar mi momento romántico
La de pecas rodó sus ojos de manera graciosa para acercarse a él y darle un beso—Gracias por traerme aquí y hacer esto por mi... Hazzy
