-Una vida de miseria para todos a quienes apoyaran al señor tenebroso eran las palabras que le repita su padre desde que era bebé pero, por alguna extraña razón, eso no le atemorizaba.
Siempre supo que había algo más, algo que no le decían pero la...
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La pequeña pelinegra termina de secar los tubos de ensayo para empezar a colocarlos en las pequeñas repisas de madera que estaban en cada mesa.
—Sabe profesor Snape, realmente creí que sería aburrido este castigo... pero me gusta—dice con una sonrisa, y el de cabello negro levanta una ceja mientras la miraba curioso, y hasta algo ofendido.
—¿Aburrido?
—Si, eso creía... pero se ha esforzado en explicarme las pociones que limpio—Miki camina hacia el escritorio de Snape para tomar unos libros y llevarlos hasta una repisa—A diferencia de Lockhart...
—¿No te va bien en Defensas contra las artes oscuras?—Pregunta curioso, le sorprendía, sus padres eran realmente buenos para esa clase, aunque por supuesto, nadie lo sabía.
Era un secreto que solo él, Charles y Albus sabían.
—El año pasado el profesor Quirrell se enfocaba más en castigarme... creo que quería vigilarme, pero quizás quizo robar mi alma o algo por el estilo—Murmura tranquila y el hombre frunce el ceño, sabía cuales fueron las intenciones, o al menos las dedujo luego de saber que Quirrell albergaba a Voldermort—Este año Lockhart parece querer hablar más de sus hazañas que en enseñarnos
—Koshky... ¿sabes que puedo castigarte por hablar de esa manera sobre un profesor, no?—Cuestiona con gracia, no la juzgaba, si en sus tiempos hubiese tenido un profesor tan mediocre, seguramente haría algo para que renuncie—Sin embargo, como jefe de casa, comprendo la inquietud
Miki sonríe hacia el hombre, que trata de esconder una sonrisa.
—¿Eso quiere decir que me enseñará hechizos avanzados?—Pregunta la de ojos claros con emoción
—No—Responde rápidamente y la niña hace una mueca, al instante algo en Snape se removió, y vagos recuerdos se hicieron presentes.
Aquella niña le recordaba a Nadin, desde el primer momento en que la vió –al igual que a Potter la ceremonia de selección— Miki era el vivo recuerdo de su madre y su padre, aquellos a los que hace mucho tiempo llamó sus amigos.
