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7 de Diciembre de 2010

Pov. Katniss


La próxima semana, estaré de pie en una iglesia frente a quinientos invitados, de los cuales la mayoría no nos interesan ni a Pearce ni a mí, incluso Gale fue invitado.

Aunque ya no lo odio tanto. Unas mil fotos serán tomadas mientras decimos nuestros votos por segunda vez. Llevaré puesto un vestido Vera Wang de nueve mil dólares y un collar de diamantes que vale más que eso, y después se continuará con una gran recepción. Pero esa no es mi boda; bueno, supuestamente lo es, pero la llamo: "El asunto Crest Field".

Pearce y yo hemos bromeado al respecto. Dexter dice que será bueno para la imagen de la compañía, lo que sea que signifique eso. Pearce no quería hacerlo, pero Helen me rogó. Nunca pensé que rogaría por algo en toda su vida, y supongo que, ¿qué chica no querría dos bodas?

Pero hoy, en este día perfecto con veinte y dos grados y en una playa privada en Río, llevando puesto un pequeño vestido sin mangas, perlas, con una flor amarilla en mi cabello, y con mis dedos en la hermosa arena blanca, me comprometo a pasar el resto de mi vida con el hombre que me conquistó completamente y capturó mi corazón. Mis lágrimas fluyen libremente mientras sostengo su mano. Lleva puesto un pantalón blanco y una camisa de botones de manga corta que combina con el pantalón, y un pañuelo amarillo en su bolsillo. Está mostrando una juvenil sonrisa, pero conozco la diablura que hay detrás de ella. Aprieta mi mano cuando el pastor, cuyo inglés es un poco menos que perfecto, le da la señal para que diga sus votos. Respira profundamente y Dexter le da una palmada en el hombro. Deja salir una pequeña risa, pero después su expresión se torna seria.

—Katniss, sabes que te amo más que nada, más que a nadie —dice con voz firme, y escucho a Effie suspirar a unos cuantos pasos de mí. Me río tontamente, pero el peso de sus palabras crea una ráfaga cálida que me cubre—. Me has hecho un mejor hombre —dice un poco más suave. Limpio las lágrimas de mis ojos y resisto el deseo de abrazarlo fuertemente. Da un paso más cerca de mí y me quita las lágrimas de las mejillas con sus besos. Más sonidos salen de las cautivadas mujeres de la audiencia, las cuales incluyen a Ángela, Effie, Hillary y Helen—. Nunca he deseado algo más de lo que deseo nuestro matrimonio, Katniss. Eres la única cosa que me pertenece. Lo único puro que tengo es a nosotros. Solía tener un motivo diferente para vivir. Eso provenía de un lugar oscuro. Mi motivación cambió cuando me enamoré de ti. Eres mi fuerza y mi debilidad. Eres la razón por la que lucho por estar aquí — dice con mi rostro ahora en sus manos y no puedo resistirme al deseo de besarlo en ese momento. Me rindo, casi saltando en sus brazos. Sus labios le dan la bienvenida a los míos y descanso en su abrazo.

—Te amo tanto, Pearce —digo suavemente mientras nuestros labios se separan y solo él puede escucharme.

Estoy segura que el pastor me está dando una mirada de desaprobación por saltarme al beso, pero no me importa. Nada ha sido tradicional con nosotros así que, ¿por qué empezar ahora? Mientras que esto termine conmigo siendo proclamada como la señora Katniss Mellark, nada más importa, ni sus secretos, ni su pasado. Cada eco negativo que descansaba en mi cerebro se ha derretido; simplemente no importa. Nuestro amor superará cualquier problema que enfrentemos. Estoy segura que los tendremos, todos los matrimonios los tienen, pero cuando veo sus brillantes ojos azules que algunas veces reflejan un cálido color cielo detrás de ellos, sé que atravesaremos lo que sea que la vida nos lance. Puede que no sea perfecto, pero creo que puede que haya encontrado a mi súper sexy, príncipe encantado del siglo veinte y uno, que usa chaquetas de cuero y cabalga una motocicleta.

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