Pov. Katniss
Nos marchamos el día siguiente de que se lanzó la bomba. La señora Mellark se fue antes que nosotros, iba con su hermana. No está segura de qué es lo que finalmente hará, pero dice que no puede quedarse en esa casa con el señor Mellark un segundo más. Le ofrecimos venir a Chicago a quedarse con nosotros cuando quisiera. Dijo que aceptaría la oferta. Bueno, realmente no fuimos nosotros quienes hicimos la propuesta para ser sincera, fui yo.
Peeta.
Ya ni me siento bien llamándolo Peeta, porque está distinto. Esa noche en la que se enteró sobre Lisa, estaba tan molesto y actuó completamente distinto a como es, pero prefiero eso a como está ahora. Se ha encerrado en sí mismo, está callado y deprimido.
Una cascara de lo que era.
Cuando escuché el secreto de Lisa sabía que las cosas se iban a poner mal, pero cuando las palabras salieron de su boca, anunciando que tenía una hermanita, no hay palabras para ello. Sabía que iba a ser una batalla cuesta arriba cuando desde el principio ya nos encontrábamos bajo tierra, pero lo que no me esperaba era la forma en la que ha estado actuando. Hemos estado en Chicago por tres semanas y no ha llorado, ni reído, y apenas habla. Es como un androide al que le han quitado cualquier tipo de personalidad. El único instante en que veo algo es cuando juega con Willow. Veo un destello de felicidad, un momento de alegría de vez en cuando, pero aparte de eso, nada. No quiere hablar con nadie, ni siquiera con su madre. Ella llama todos los días para ver cómo está y él solo se sienta con el teléfono contestando con una o dos palabras. A todos los demás los ha dejado fuera completamente.
Era de esperarse que no hablara con su padre o con Lisa. Los dos han llamado varias veces todos los días. No juntos, al menos por lo que sé. Le dije a su padre que necesita tiempo. Probablemente mucho tiempo. A Lisa, realmente no sé qué decirle. Realmente no creo que esa relación vaya a volver a ser lo que una vez fue. Tampoco habla con Aidan, y apenas habla conmigo. Lo único familiar que hace es tocar su guitarra, y permanece en mi iPad, lo cual es un poco raro dado que nunca le han gustado las cosas electrónicas. Pasa metido allí todos los días por horas y es más que molesto.
—Ha estado como un zombi y no tengo idea de qué hacer. No puedo decirle que sé cómo se siente, o que todo estará bien. Su padre engañó a su madre con su mejor amiga quien tuvo en secreto una hija suya. ¿Eso es algo que se pueda superar? Su familia está destruida. Ahora cuando le veo no veo ni a Peeta ni a Pearce —le digo a Helen. Ha estado fuera de la ciudad desde que llegué a Chicago y se siente tan bien poder hablar con ella ahora—... y puede que esto suene loco, pero cada vez que salgo de la casa tengo este presentimiento de que me están siguiendo —digo, riéndome ante lo absurdo de la idea—. Creo que estoy comenzando a perder la cabeza —digo, tomando un sorbo de mi café hecho en el bistró del vestíbulo de nuestro edificio.
—No te estás volviendo loca, Katniss. Has estado bajo mucha presión y te admiro por saberlo llevar tan bien —dice, apretando mi mano.
—¿Qué le pasa? Si Pearce es su álter ego y le ayuda cuando estás cosas pasan, ¿en dónde está? —pregunto frenéticamente.
—Creo que Peeta se ha apagado emocionalmente. Se ha alejado de la realidad completamente. Ha encerrado a Pearce. A esto es a lo que me refiero cuando digo que Pearce y Peeta son uno. Incluso cuando Pearce no está al frente de su consciente siempre está subconscientemente con Peeta. No puede haber Peeta sin Pearce, o Pearce sin Peeta. Ambos forman el hombre que amas —explica y dejo salir un suspiro.
—¿Y entonces qué hacemos? ¿Cómo los arreglamos? No puede seguir así para siempre, ¿verdad? —pregunto ansiosa.
—Necesito ver qué tanto se ha encerrado —contesta.

ESTÁS LEYENDO
Pedazos
Romansa¿El amor lo puede todo? ¿Realmente se conoce a la persona con quien vivimos y amamos?