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30 de Abril de 2008

Pov. Katniss


Alguien sí que se está arreglando —bromea mi compañera Hillary mientras ajusto mi cabello en una trenza francesa. —Bueno, dijo que haríamos algo divertido, así que me visto casual. —Me defiendo, refiriéndome a mi suéter y mi jean azul. Por supuesto ella piensa que debería usar una falda que apenas cubra mi trasero y una blusa apretada, cosa que usa en sus citas.

Hillary y yo somos como el día y la noche. Ella es una rubia escultural. Bueno cuando usa su color natural. Yo fui rubia una vez como experimento, el cual salió muy mal. Pero normalmente soy morena y solo mido uno sesenta y cinco con la ayuda de tacones de cuatro centímetros. Mientras que puedo pasar despierta toda la noche con un libro o viendo una película, Hillary no puede ni oír al respecto y muchas veces me ha arrastrado de mi trabajo para pasar de fiesta toda la noche más de una vez.

No puedo culparla. Las dos crecimos en pueblos pequeños en Michigan, pero nuestras infancias no podrían ser más diferentes. El padre de Hillary es un muy reconocido predicador y las mantuvo a ella y a sus hermanas con una correa muy apretada. Dice que su madre no hizo mucho para aflojarla.

Mis padres murieron en un accidente de auto cuando solo tenía tres años así que no tengo el lujo de quejarme de un padre dominante o una madre tímida. Mi tía Effie me crió, y perfeccionó el balance parental con una perfecta combinación de disciplina y libertad lo cual no es algo malo para una mujer que nunca quiso hijos.

Supongo que ser una chica con un padre que ni siquiera la dejaba ir a los bailes de la escuela significa que está recobrando el tiempo perdido y disfrutando de la libertad que no tuvo. En alguna parte dentro de mí admiro su espíritu libre. Nunca deja que nada la deprima y hace lo que quiere sin importar lo que otra gente diga o piense de ella. Se ha teñido su ondulado y largo cabello de varios colores más veces de las que puedo contar y es la única persona que he conocido que usa lentes de contactos purpura y verde sobre sus hermosos ojos azules. A veces me pregunto si es alguien bipolar que está constantemente drogada.

—Tal vez cuando dice divertido, quiere decir divertido. —Ríe, moviendo las cejas. La miro y no puedo evitar reírme.

—Primero que nada, ni siquiera conozco a este tipo. Así que ni hablar nada de ese tipo de "diversión" —le aseguro.

—Bueno, claro que no ese tipo de diversión. Pantalones apretados Katniss Everdeen no va a revelar su Victoria's Secret a cualquiera. —Se ríe y se tira a mi cama.

—Estas a cinco segundos de que te deje afuera de la habitación —le digo juguetonamente, mientras me coloco mis zapatos del gimnasio.

—Bueno no es como si algo divertido sucediera aquí de cualquier modo —dice burlonamente con un guiño.

Hago un puchero y se ríe.

—Aww chica. Sabes que te amo además quiero escuchar todo sobre el tipo que fue capaz de hacerte aceptar una cita con él, luego de solo un trago —dice, ojeando una revista acostada en mi cama.

—No fue un trago. De hecho, no bebe, cosa que creo es un punto a su favor. Solo fue una conversación, y tenemos mucho en común. Creí que sería divertido —digo girándome hacia ella.

Le pido a Dios que me perdone por mentir. No tuvimos una larga conversación; él tenía clientes esperándolo y me pidió que saliéramos antes de desaparecer en la noche, por así decirlo. No sé si tengo algo en común con él. Solo sé que es uno de los hombres más sexys que he visto y literalmente me dejó sin palabras.

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