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Pov. Katniss


—Eso va allá. —Hillary dirige el mar de trabajadores que contratamos para que montaran las cosas para el evento. Mi estómago está hecho nudos. No solo está hecho nudos, sino que se siente revuelto como si estuviera atada a una montaña rusa. Es la mañana de la apertura de mi galería y no se siente como pensé que lo haría. Creí que me sentiría emocionada y eufórica, pero en vez de eso, estoy nerviosa y siento pánico.

—¿Katniss, no tienes una cita para que te arreglen el cabello y el maquillaje? — me pregunta Angela sacándome de mis pensamientos.

—Sí, pero pensé que debería estar aquí ayudando e involucrándome más directamente... —digo mecánicamente.

—Cariño, nosotras nos encargaremos de esto. Todo va a ir de maravilla. —Me calma con una sonrisa.

Los últimos dos días han pasado tan rápido que parecen borrosos. Me he inmerso en el trabajo preparando todo para este día, sin embargo, lo que Peter dijo sobre integrarse ha estado al frente de mi mente sin importar cuánto intente ignorarlo. Hay algo distinto. Incluso Helen está de acuerdo aun cuando no diga mucho al respecto, lo único que sí reveló es que Peter no ha sido exactamente el mismo.

Él parece más emocional, un poco más humano y eso no es malo, pero yo había llegado a sentirme reconfortada por su justa, e imparcial naturaleza. Al principio sus motivos jamás eran por él, sino que eran por todos ellos como un solo ser. He comenzado a tener el presentimiento que eso ya no es así, y si eso ha cambiado, tengo que dudar de todo lo que él ha dicho y hecho. Con el hecho que él es el que sabe más de todos ellos, da miedo el lugar en el que está, si no está pensando con claridad.

Estoy preocupada. Y no es el tipo de preocupación que te golpea cuando piensas que algo malo va a ocurrir, sino que es del tipo silencioso que te mata mientras duermes. El tipo del que las personas se preguntan por qué un perfectamente saludable joven en sus veintes sufrió un ataque cardiaco o un derrame.

—Katniss Mellark. —Me doy la vuelta hacia la voz profunda y dicha voz va acompañada de cabello rubio, embelesadores ojos y una sonrisa que tuvo que ser ayudada de años de frenillos.

—Usted es... —me callo intentando ubicar el familiar rostro.

—Ian Hudson —dice extendiendo su mano.

—Por supuesto, lo lamento. En este momento las cosas están súper agitadas—me disculpo. Este es el tipo por cuyo rostro Hillary estaba babeando, pero es su trabajo en fotografía lo que es fenomenal—. Me siento honrada de que me permitas exponer tu trabajo. —Él es hermoso, pero de una manera dura, áspero en los bordes, sin pulir. Alto y ancho, más como un mecánico que como un fotógrafo. Medio se parece a Thor, Hillary va a amar eso. Ella tiene un gran enamoramiento sobre Chris Hemsworth, no puedo preocuparme por lo enredado que sería ese triángulo.

Con suerte, estará casado.

—No hay problema, al parecer está en buenas manos aquí —dice encogiendo los hombros calmadamente mientras inspecciona el caos.

—Así será, lo prometo. Todo estará listo esta noche.

—No me preocupo. Si Mike confía en ti, yo también. —Sonríe cálidamente. Esa sonrisa estoy segura le hará sentir mariposas a cualquier otra mujer, pero todo lo que yo quiero hacer es dejárselo a alguien más. Ojos fantásticos y sonrisas que te harán tensar el estómago son el motivo del porqué mi cerebro está hecho un desastre en este momento.

—¿Katniss, podrías revisar esto y asegurarte que la lista de canciones está bien? El asistente del Dj quiere tu aprobación final —dice Angela mientras me entrega la lista.

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