4

77 8 1
                                    

Pov. Katniss


Duermo la mayoría del viaje de regreso a Madison. Quiero asegurarme de estar bien descansada para cuando vea a Willow. Llamé a la señora Mellark y le dije que íbamos de camino, y gracias a Dios se escuchaba mejor que las últimas veces que hablé con ella. No puedo comenzar a imaginarme lo que está ocurriendo en su corazón o repitiéndose en su mente. Si Pearce me hubiera hecho lo que le hizo el Sr. Mellark a ella, no sé lo que haría. Mis ojos se deslizan hacia él, pensando en todas las veces que he hecho este viaje, con Willow, sola, con Peeta, con Pearce. Qué estaba pensando entonces, y en lo que pienso ahora, en lo mucho que han cambiado las cosas. No solo para mí, sino para toda su familia. En lo rotas que están las cosas para todos nosotros.

—¿Crees que sería mejor si no le decimos quién soy?

Él ha estado callado todo el tiempo que he estado despierta.

—¿A qué te refieres?

—A Gwen. Después de todo lo que ha pasado, tal vez ahora no es el momento más apropiado para que nos presentes —dice en tono de broma.

—Dios, ni siquiera he pensado en eso. —Me froto la frente, sintiendo que regresa el estrés.

No sé cuándo seria el momento apropiado para decir "Oye, Peeta se volvió a ir, y este es Peter, otra de sus personalidades". No solo eso, creo que nadie le ha dicho lo que ha estado ocurriendo en estos últimos días. Va a ser un impacto el saber que el padre biológico de su hijo es Dexter Crestfield padre y que le puso un arma en la cabeza al hombre que antes creía que era su padre. No sé si ya habló con el Sr. Mellark. Sería mucho más fácil que Peter fuera Peeta, para que ella tuviera el consuelo de lo normal. Mis ojos viajan hacia Peter. Lleva puesta una camisa de botones con las mangas un poco por debajo de los codos, y un pantalón de vestir. Ni siquiera sé si puede hacerse pasar por Peeta por cómo está vestido.

—No, el mantener secretos no ha sido bueno para nadie en esta familia —dejo salir una risa, y él asiente de acuerdo.

Siento un pánico repentino. ¿Qué pasa si esto sigue por siempre?

¿Cómo podrá Willow manejar esto? Respiro profundo y guardo eso en lo profundo de mi mente para mediarlo después. En este momento me enfoco en ver su sonrisa, y escuchar su voz. Al menos una versión de su padre se encuentra aquí ahora, y tengo que estar agradecida por ello. Peter me abre la puerta, y siento mariposas en el estómago cuando su mano aterriza en mi espalda baja. Caminamos hacia la casa. Él aminora sus pasos rápidos para que yo guíe. Nos acercamos a la puerta del frente, y toco. Puedo escuchar música, algún tipo de canción country con una mujer cantando suavemente sobre la pena. Recuerdo en cómo solía escuchar música triste de Opera cuando Pearce me dejó, y lucho contra el distante dolor que solía mantenerse en mi corazón.

—¡Hola! —La voz de Gwen es entusiasmada, y su sonrisa es amplia cuando abre la puerta. La misma calidez que siempre la ha rodeado sigue ahí, y me siento aliviada.

Ella me jala y me abraza fuertemente. Volteo a ver detrás de mí y observo que Peter se ha quedado al principio de las escaleras. Ella mira detrás de mí, sus ojos se amplían de la emoción mientras ve hacia abajo.

—¿Que estás haciendo ahí abajo, cariño? Hice tu comida favorita para el almuerzo así que apresúrate. —Ella está haciendo un magnífico trabajo cubriendo el dolor que siente.

—Hola, Gwen —dice Peter tranquilamente, pero hay un dejo de calidez y un poco de compasión en su voz, lo cual nunca había escuchado salir de él. Supongo que Gwen tiene un lugar especial en todos sus corazones. La miro entrecerrar los ojos, y ellos se van hacia mí para luego volver a él. En su rostro se nota la comprensión y obviamente hay confusión, pero la esconde bien.

PedazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora