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Pov. Peeta


No ha respondido. Tampoco contestó cuando la llamé. Siempre responde de inmediato cuando le mando un mensaje. Usualmente es para preguntar sobre Willow o para ver si está bien la hora para nuestra llamada de Skype. Pero esto era diferente. Esta vez quería hablar con ella. Realmente no hemos hablado estas dos últimas semanas desde que se fue. Bueno, por Skype hablamos, pero es básicamente sobre Willow, aun así, la observo y veo cómo es con Willow. Lo mucho que la ama. Noto la manera en la que sonríe, como su cabello cae sobre su rostro y la risita que tiene. Aunque usualmente lleva una cola de caballo y anda en suéter o una camiseta, es hermosa.

Intento empujar pensamientos como ese fuera de mi cabeza. Cada vez que se aparecen, me digo lo hermosa que es mi prometida, lo mucho que amo a Delly. Me digo que esto es solo curiosidad o solo una infatuación con Katniss, que es superficial, artificial y podría arruinar todo si se malinterpreta, si yo la mal interpreto.

Me recuerdo esa línea que está entre Katniss y yo. La que se encuentra ahí por una razón. Aun así, eso no me detuvo de mandarle mensajes cuando sabía que Willow estaba dormida. O llamarla para escuchar su voz, no sé el por qué o de dónde viene esto, pero necesito que se detenga.

Se supone que voy a ver a Delly mañana por primera vez desde que esto ocurrió. Ella se quedó en Lansing por los exámenes. Pero vendrá el fin de semana. Me envió un mensaje para que le envíe un mensaje y quiere reunirse cuando regrese mañana. Espero que el verla aclare mi cabeza de toda esta confusión y me encamine.

Katniss no me ha devuelto la llamada. Sé que hay muchas razones para ello. Tal vez se durmió, o Willow despertó, o no quiere hablar conmigo. La vuelvo a llamar para asegurarme de que esté bien. Me levanto y suspiro. No debería llamarla, no tenemos nada de qué hablar que no sea sobre Willow.

Pero realmente, tenemos todo de que hablar, ya que realmente no sabemos nada el uno del otro. Como padres, deberíamos llegar a conocernos. Deberíamos ser amigos. El ser amigo de la madre de mi hija está bien, es perfectamente aceptable.

Síp, estoy llamando.

Marco su nombre en mi teléfono y escucho el tono de llamada otra vez. Suena como cuatro veces y estoy a punto de colgar cuando se detiene.

—Hola. —Su voz apenas más audible que un susurro y sin ánimo. Suena cansada o triste, no es lo que esperaba por como iban nuestros últimos mensajes.

—¿Está todo bien? —pregunto preocupado.

—Sí, todo está bien —dice dejando salir un pequeño suspiro.

—¿La comida china no te revolvió el estómago o sí? —Decido bromear y se ríe.

Eso me hace sonreír.

—Odio decírtelo, pero mi estómago es la parte más satisfecha de mí —bromea. Es graciosa.

—¿Willow te cansó? —pregunto, sintiéndome un poco más relajado ya que parece sentirse mejor. Me siento en la cama y descanso los codos sobre mis rodillas.

—No realmente. Mi tía Effie está aquí hoy. Logré tener algo de descanso y recuperación —dice, y por su tono puedo decir que algo la está molestando.

—¿Entonces qué pasa? —le pregunto, y se calla.

—¿Qué te hace pensar que algo sucede? —pregunta luego de un segundo, y me encojo de hombros, aunque no puede verlo.

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